De entre todas las enfermedades que pueden afectar al corazón, la amiloidosis ha cobrado una importante relevancia en los últimos años gracias a los avances diagnósticos y terapéuticos alcanzados hasta la fecha. No obstante, se trata de una de las enfermedades más desconocidas por el gran público en gran medida por su gran capacidad para mimetizarse entre “otras enfermedades”, tal como camaleón, lo que muchas veces hace que su diagnóstico sea un importante reto para profesionales y los propios pacientes.
El término amiloidosis engloba un conjunto de enfermedades que tienen en común el depósito de una substancia en forma de fibra llamada “amiloide” en los tejidos u órganos de nuestro organismo. Estas fibras se forman a partir de proteínas desestructuradas y deshilachadas, las cuáles al unirse forman ovillos que les permiten depositarse y engancharse en varias localizaciones de nuestro organismo.
Cuando utilizamos el concepto “amiloidosis cardíaca» hablamos de una enfermedad en la que los depósitos de fibras de amiloide se concentran en el corazón. Dichas fibras se pueden depositar tanto a nivel del músculo cardíaco como a nivel del sistema eléctrico o de conducción y/o a nivel de las válvulas del corazón. Por lo tanto, las manifestaciones clínicas de la amiloidosis cardíaca dependerán del grado y de las estructuras del corazón que se vean afectadas.
Del conjunto de fibras de amiloide que pueden afectar al corazón, 2 son las culpables de casi todos los casos de amiloidosis cardíaca: la amiloidosis primaria (AL), debida al mal funcionamiento de la médula ósea (enfermedad hematológica); y la amiloidosis por transtiretina (TTR) (ATTR), debida al depósito anormal de la proteína TTR. La TTR es una proteína que tiene como función natural el transporte de la hormona del tiroides y la vitamina A. Tiene una forma que simula a un trébol de 4 hojas y en algunas ocasiones se puede romper en sus 4 porciones dando lugar a las fibras de amiloide de TTR, las cuales podrán depositarse en varios tejidos u órganos del cuerpo humano dando lugar a la enfermedad.
¿Y a qué se debe que esta proteína se “rompa en pedazos” y acabe generando las fibras de amiloide de TTR?
Para ello debemos entender que existen dos tipos de ATTR: unos pacientes manifestarán la enfermedad al presentar una alteración en el gen de la TTR, la que llamaremos ATTR hereditaria, mutante o variante; y otros la presentarán sin tener ninguna mutación, y será la que llamaremos ATTR natural, salvaje o wild-type. Mientras que la ATTR hereditaria se define como una enfermedad rara, que puede afectar a 1 de cada 100.000 personas, estudios recientes sugieren que 13 de cada 100 personas con insuficiencia cardíaca pueden presentar ATTR wild-type, lo que le confiere una notoriedad muy significativa y la posiciona como la amiloidosis cardíaca más frecuente.
En el caso de la ATTR hereditaria las manifestaciones clínicas dependerán del tipo de mutación detectada en el gen de la TTR y a factores ambientales, pudiendo presentar clínica por afectación en múltiples órganos, entre los cuales se puede encontrar el corazón. Por su parte, en el caso de la ATTR wild-type, las manifestaciones cardíacas serán presentes en todos los pacientes, quedando limitadas las manifestaciones extra-cardíacas a nivel del aparato musculo-esquelético (síndrome del túnel del carpo, lumbalgia crónica, roturas espontáneas de alguno/s tendones como el tendón del músculo bíceps en el brazo, entre otras manifestaciones menos frecuentes).
Centrándonos en las manifestaciones cardíacas que puede presentar un paciente que sea diagnosticado de ATTR estas variarán, como hemos comentado anteriormente, según el grado y las estructuras del corazón que se vean afectadas. Con mayor frecuencia podrá presentar síntomas debidos a la incapacidad del corazón para bombear la sangre y distribuirla a todo el organismo y, a su vez, la incapacidad de gestionar el líquido presente en nuestro cuerpo, que es lo que se conoce como insuficiencia cardíaca. Los pacientes que la padezcan presentarán dificultad al respirar (sobre todo con el esfuerzo), intolerancia física al esfuerzo, fatiga, debilidad muscular, retención de líquidos (que la podremos ver en forma de hinchazón de piernas o abdomen, entre otras localizaciones), entre otras manifestaciones. También es probable que presente síntomas secundarios a la afectación del sistema eléctrico del corazón (arritmias) presentando palpitaciones, episodios de mareo e incluso, en algunos casos, episodios de pérdida de conocimiento.
¿Y es fácil que mi médico me pueda diagnosticar una amiloidosis cardíaca?
Si su médico sospecha que usted puede presentarla, después de realizar el estudio cardiológico pertinente mediante una completa entrevista clínica, una exploración física exhaustiva, una analítica de sangre y orina, un electrocardiograma y una ecocardiografía, entre otras exploraciones, le solicitará una gammagrafía. En los últimos años hemos hecho un cambio de 180º en el diagnóstico de los pacientes con ATTR gracias a la incorporación de la gammagrafía como prueba diagnóstica, lo que ha permitido un diagnóstico precoz y de mayor precisión sin la necesidad de realizar, en la mayoría de los casos, biopsias de ningún tipo.
¿Y existe tratamiento para la ATTR?
Hasta hace muy poco tiempo existían escasas opciones de tratamiento específico para la ATTR, por lo que en muchas ocasiones su diagnóstico ha significado frustración para pacientes, y familiares. Anteriormente las estrategias de tratamiento quedaban limitadas al trasplante hepático, dado que es el sitio del cuerpo humano donde se “fabrica” la TTR, y/o cardíaco. No obstante, en los últimos años se ha avanzado en el conocimiento del tratamiento de la ATTR con el descubrimiento de terapias específicas que actúan tanto en la “fábrica” de la TTR en el hígado como estabilizando la estructura de la TTR y evitando su desestructuración. Estos avances están significando un importante progreso en esta enfermedad en mejoría de la calidad de vida y de supervivencia de nuestros pacientes.
El fármaco que ha demostrado su eficacia y que puede cambiar el paradigma de la enfermedad es el conocido como tafamidis. Se trata de un fármaco de toma por vía oral, cuya función es la de anclar la estructura de la TTR evitando su desestructuración y, por lo tanto, la formación de las fibras de amiloide. Otros fármacos que actúan a nivel del gen de la TTR, pero que aún no se han evaluado específicamente en pacientes con amiloidosis cardíaca, patisiran e inotersen, abren un futuro esperanzador en el tratamiento de la ATTR, pero necesitamos más estudios al respecto dirigidos a pacientes con amiloidosis cardíaca. Por su parte, sin embargo, hasta la fecha no se han descubierto fármacos que permitan la destrucción de dichas fibras ya formadas, lo que permitirá seguir investigando en un futuro en el tratamiento de esta apasionante enfermedad.
La amiloidosis cardíaca por TTR es una de las enfermedades del corazón más desconocidas. Sin embargo, es de vital importancia pensar en ella para poder detectarla precozmente dado que su pronóstico se reduce de forma progresiva por el continuo depósito de fibrillas de amiloide en el corazón u otros órganos. Por lo tanto, debemos poner en valor el conocimiento de la enfermedad por parte de los pacientes, lo que conllevará a mejorar la atención, seguimiento y tratamiento y, en definitiva, la calidad de vida y el pronóstico de aquellos pacientes con ATTR.
Dr. Sergi Yun Viladomat
Unidad Multidisciplinar de Insuficiencia Cardíaca Comunitaria (UMICO), Servicios de Cardiología y Medicina Interna, Hospital Universitari de Bellvitge.
Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL)
L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona.
Descubre más información sobre la amiloidosis cardíaca
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