Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el sedentarismo es la cuarta causa de muerte más frecuente en el mundo, con 3,2 millones de muertes al año.

En esta línea, un estudio finlandés presentado en el reciente Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) demuestra que las horas de inactividad acumuladas desde la infancia se relacionan con futuros ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares en la edad adulta, incluso en personas con peso y presión arterial normales.

El análisis incluyó a un total de 766 niños, el 55% niñas y el 45% niños, los cuales llevaron durante siete días un reloj inteligente que monitorizó su nivel de actividad física. Esta recopilación de datos se repitió cuando los niños tuvieron 15 y, después, a los 24 años. El peso del ventrículo izquierdo del corazón se evaluó mediante ecocardiograma a los 17 y a los 24 años y se informó en gramos en relación con la altura (g/m2.7).

Los resultados de la investigación revelan que, a los 11 años, los niños eran sedentarios durante un promedio de 362 minutos al día, aumentando a 474 minutos al día en la adolescencia (15 años) y 531 minutos al día en la edad adulta joven (24 años); lo que significa que el tiempo de sedentarismo aumentó en un promedio de 169 minutos (2,8 horas) al día entre la niñez y la adultez temprana.

En cuanto a la salud de su corazón, los investigadores observaron como el aumento de un minuto en el tiempo de sedentarismo entre los 11 y los 24 años se asoció con un aumento de 0,004 g/m2.7 en la masa del ventrículo izquierdo. Cuando se multiplica por 169 minutos de inactividad adicional, esto equivale a un aumento diario de 0,7g/m2.7, lo que equivale a un aumento de 3 gramos de la masa ventricular izquierda entre las mediciones ecocardiográficas en el aumento medio de estatura. Un estudio anterior realizado en adultos encontró que un aumento similar en la masa del ventrículo izquierdo (1 g/m2.7) durante un período de siete años se asoció con un riesgo dos veces mayor de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y muerte.

«Todas esas horas de tiempo frente a la pantalla en los jóvenes llevan a un corazón con más peso, lo que sabemos por estudios en adultos que aumenta la probabilidad de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular», explica el autor de este trabajo, Andrew Agbaje, de la Universidad del Este de Finlandia. «Los niños y adolescentes necesitan moverse más para proteger su salud a largo plazo”, y advierte que, “los padres deben alentar a los niños y adolescentes a moverse más sacándolos a caminar y limitando el tiempo que pasan en las redes sociales y los videojuegos”.

También en el marco del prestigio Congreso Europeo de Cardiología, se han presentado los datos del mayor estudio realizado hasta la fecha que evalúa los beneficios del caminar sobre nuestra salud, y ha comprobado que cuanto más se camina menor es el riesgo de muerte asociado.

Este trabajo, que ha recopilado los datos de 226.889 personas de 17 estudios diferentes en todo el mundo, demuestra que con 3.967 pasos al día se comienza a reducir el riesgo de morir por cualquier causa y con 2.337 pasos se reduce el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares.

Además, se observó que este riesgo sigue disminuyendo con cada 500-1.000 pasos adicionales que se camine. Un aumento de 1.000 pasos al día se asoció con una reducción del 15% en el riesgo de morir por cualquier causa y un aumento de 500 pasos al día se asoció con una reducción del 7% en la muerte por enfermedad cardiovascular.

«Nuestro estudio confirma que cuanto más camines, mejor«, afirma el profesor Maciej Banach, profesor de Cardiología de la Universidad Médica de Lodz, Polonia, y profesor adjunto del Centro Ciccarone para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Descubrimos que esto se aplica tanto a hombres como a mujeres, independientemente de su edad y de si viven en una región templada, subtropical o subpolar del mundo, o en una región con una mezcla de climas. Además, nuestro análisis indica que se necesitan tan solo 4.000 pasos al día para reducir significativamente las muertes por cualquier causa, y aún menos para reducir las muertes por enfermedades cardiovasculares”.

Los estudios analizados por los investigadores dieron seguimiento a los participantes durante una mediana (promedio) de siete años, cuya edad media fue de 64 años y el 49% de los participantes eran mujeres.

Los investigadores observaron que la reducción del riesgo también era menor o mayor dependiendo de la edad. Así, en las personas de 60 o más años la magnitud de la reducción del riesgo de muerte fue menor que la observada en personas menores de 60 años. Concretamente, en los adultos mayores se observó una reducción del riesgo del 42% en aquellos que caminaban entre 6.000 y 10.000 pasos por día, mientras que hubo una reducción del riesgo del 49% en los adultos más jóvenes que caminaban entre 7.000 y 13.000 pasos por día.

Fuentes:


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