¿Cómo cuidar tu corazón?

El primer paso para cuidar tu corazón es prevenir los factores de riesgo cardiovascular. Es decir, aquellas características biológicas
y hábitos de vida que aumentan las probabilidades de que aparezca una enfermedad cardiovascular.

¿Cuáles son las principales situaciones de riesgo?

El tabaco

¿Sabías que cuando fumas multiplicas por 3 el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular?

El tabaco es una de las mayores amenazas de salud a nivel mundial, siendo el responsable de más de 7 millones de muertes, tanto por consumo directo como consecuencia de la exposición de humo ajeno.

El tabaco supone el 30% de todas las cardiopatías coronarias, pero además también es uno de los principales factores de riesgo modificables de la enfermedad arterial periférica. 

Todas las formas de fumar son perjudiciales para la salud y para el corazón.

¿Cómo afecta el tabaco a nuestro corazón?

El tabaco eleva la frecuencia cardíaca, la presión arterial, endurece las arterias y puede causar irregularidades en el ritmo cardíaco, provocando que nuestro corazón tenga que realizar un mayor esfuerzo para funcionar correctamente.

Cuando fumas multiplicas por 3 el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o una angina de pecho. Si ya has tenido un infarto, debes saber que seguir fumando multiplicará por 3 el riesgo de volver a sufrirlo.

¿Qué pasa cuando dejas de fumar?

A partir de los 20 primeros minutos sin fumar ya empezarás a notar beneficios.

¡Haz clic en todas las casillas y descubre cómo tu cuerpo y tu salud van mejorando
a medida que llevas más tiempo sin fumar!

El ritmo cardíaco ha disminuido y tu tensión arterial ha bajado.
Tu circulación sanguínea está mejorando. Además, tu función pulmonar ha aumentado.
Tienes menos tos y ya respiras mejor. ¿Lo notas?
Tu riesgo de cardiopatía coronaria es un 50% inferior al de una persona fumadora.
Tienes el mismo riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular como ictus que una persona no fumadora.
El riesgo que tienes de sufrir cáncer de pulmón es de un 50% del de una persona no fumadora.
¡Enhorabuena! Ya llevas más de 15 años sin fumar. El riesgo de sufrir una enfermedad coronaria es el mismo que el de una persona no fumadora.

Recuerda que cada hora sin fumar ¡es un éxito absoluto!

Dejar de fumar es una decisión que depende de ti. Puedes hacerlo por tu cuenta, con motivación y el apoyo de tu entorno, aunque si no lo consigues pregunta a tu médico qué opciones tienes a tu alcance para ayudarte.

El consumo de tabaco es una adicción, por lo que no siempre que se intenta dejar se consigue. Puede suponer un reto pero, ¡más de 10 millones de personas ya lo han conseguido!

¿Todavía te faltan motivos para dejar de fumar? 

Tensión arterial alta o hipertensión

Es la primera causa de ictus, debido a la entrada de sangre al cerebro;
también puede afectar a los riñones, entre otros órganos

La tensión arterial es la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias. Cuanto más alta es, más esfuerzo debe realizar el corazón para bombear la sangre
hacia todo el cuerpo. Este sobresfuerzo, aumenta el riesgo de daño en el corazón y otros órganos principales, como el cerebro o los riñones.

Puede dar lugar, por ejemplo, a un aumento del tamaño del corazón, algo perjudicial, ya que no viene acompañado de un aumento del riego sanguíneo.
Como consecuencia podemos sufrir Angina de Pecho o Insuficiencia Cardíaca.

Causas

La hipertensión arterial puede aparecer por varios motivos, como el exceso de peso y la obesidad, una dieta poco saludable o el estrés.
Los antecedentes familiares también pueden ser una causa.

¿Cómo sé si tengo la tensión arterial alta?

La presión arterial se mide con el tensiómetro. Puedes hacerlo tú mismo, o bien acudir a la farmacia o a tu centro médico para realizar la medición.

  • Tensión normal en adultos: 120 mm Hg y de 80 mm Hg, cuando el corazón está relajado.
  • Si esta cifra sube a 140/ 90 mm Hg, hablamos de una presión arterial alta.

Mide tu tensión siempre
a la misma hora

Debes estar relajado
y sin hablar

No bebas, comas, fumes ni practiques ejercicio durante la media hora previa

Siéntate cómodamente sin cruzar las piernas y quítate la ropa que pueda hacer presión en el brazo

Si el tensiómetro es de brazo, el manguito debe
situarse 2 o 3 cm por encima del codo.
Si es de muñeca, colócala a la altura del corazón

Deja la palma de la mano boca arriba y el codo
ligeramente flexionado

Mide tu tensión dos veces separadas (que  hayan pasado al menos 2 minutos entre ambas) y anota los resultados para informar a tu médico

Consejos para controlar la tensión arterial

  • Evita el tabaco y el alcohol.
  • Controla tu peso. Estar por encima del peso normal puede provocar hipertensión.
  • Practica ejercicio de forma moderada (al menos 30 minutos al día).
  • Sigue una dieta cardiosaludable, baja en sal y basada en el consumo de fruta, legumbres, verduras, frutos secos y cereales. Usa el aceite de oliva
    como condimento y elige proteínas animales como las aves y el pescado, antes que las carnes rojas.
  • Reduce tus niveles el estrés y la ansiedad. La meditación y el yoga pueden ayudarte.
  • Si eres hipertenso, es probable que tu médico te indique también un tratamiento farmacológico. Es importante que lo sigas de forma estricta
    y que no abandones la medicación, aunque tu presión arterial se normalice o el tratamiento no de resultados. En estos casos, consulta con tu médico.

El colesterol

Nuestro organismo genera colesterol de forma natural

Se trata de una sustancia grasa y necesaria, producida principalmente por el hígado, que permite fabricar hormonas sexuales y tiroideas,
sustancias que favorecen la digestión de las grasas y Vitamina D.

Sin embargo, si tenemos un exceso de esta sustancia en nuestra sangre (hipercolesterolemia), acaba acumulándose en las paredes
de las arterias y aumentan las probabilidades de que se obstruyan, dando lugar a una enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, podemos sufrir
un infarto de miocardio o un ictus cerebral.

Causas

El colesterol elevado puede aparecer por varios motivos, como el exceso de peso y la obesidad, la falta de actividad física o una dieta poco saludable.
Los antecedentes familiares también pueden ser una causa (hipercolesterolemia familiar).

Colesterol bueno y colesterol malo. ¿Cuál es la diferencia?

  • Colesterol malo o de baja densidad (LDL): Puede formar placas de grasa en las paredes de las arterias e impedir que la sangre
    llegue al corazón y al cerebro.
  • Colesterol bueno o de baja intensidad (HDL): Ayuda a eliminar el exceso de colesterol en el cuerpo.

¿Cómo sé si tengo el colesterol elevado?

Tendrás que realizar un análisis de sangre, con el objetivo de medir tus niveles de colesterol (HDL y LDL) y de triglicéridos. Los triglicéridos
son otro tipo de grasa, que también produce un estrechamiento de las arterias.

Cuanto más elevados sean los niveles de estas grasas, mayor es el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

¿Cómo interpretar los resultados de la analítica?

  • Colesterol HDL (colesterol bueno): debe estar por encima de los 35 mg/dl en hombres y de 40 mg/dl en mujeres.
  • Colesterol LDL (colesterol malo): se considera normal cuando es inferior a los 100 mg/dl, normal-alto cuando se sitúa entre los 100 y 160 mg/dl
    y alto cuando supera los 160 mg/dl.
  • Triglicéridos: el nivel deseable es de menos de 150 mg/dl. Se considera alto por encima de los 200-499 mg/dl y muy alto por encima de los 500 mg/dl.

Consejos para prevenir el colesterol alto

  • Evita el tabaco. Fumar reduce los niveles de colesterol HDL (bueno).
  • Sigue una alimentación equilibrada, baja en sal y azúcares y libre de grasas saturadas. Elige alimentos ricos en grasas “buenas”
    (ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados), como el pescado y los aceites de oliva y de semillas. Consume vegetales, granos enteros, legumbres, cereales, frutas y aves como el pollo.
  • Mantén tu peso normal. Con el exceso de peso, el cuerpo almacena más grasas y colesterol.
  • Practica ejercicio de forma moderada (al menos durante 30 minutos al día). Hacerlo aumenta los niveles de colesterol HDL (bueno),
    ayuda a la pérdida de peso y reduce los riesgos cardíacos.
  • Reduce tus niveles de estrés y ansiedad. La meditación y el yoga pueden ayudarte.
  • Si la dieta y el ejercicio físico no consiguen rebajar los niveles por sí solos, es probable que tu médico te indique también un tratamiento farmacológico.
    Es importante que lo sigas de forma estricta y que no lo abandones sin consultar antes con tu médico.

La diabetes

La diabetes mellitus es una enfermedad que aparece cuando el páncreas
no es capaz de fabricar insulina suficiente (Diabetes Tipo 1), la hormona que recoge
la glucosa que contienen los alimentos (hidratos de carbono) que ingerimos
y permite su entrada en las células

También hablamos de diabetes, cuando la insulina no consigue actuar en el organismo, porque las células no responden a su estímulo (Diabetes Tipo 2).

Como consecuencia de este defecto, los niveles de glucosa en sangre se elevan (hiperglucemia) y esto provoca un daño en los vasos sanguíneos
y el estrechamiento de las arterias (aterosclerosis).

Se produce cuando las paredes de las arterias acumulan placas de colesterol, lípidos (grasas) y células inflamatorias, que pueden llegar a obstruir las arterias
e impedir la circulación de la sangre, dando lugar a un evento cardiovascular.

Por ello, las personas con esta patología tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como la angina de pecho o el infarto de miocardio.
También puede provocar, entre otras complicaciones, ictus, alteraciones en el sistema nervioso (por ejemplo, digestivas, urinarias y en la sensibilidad
en los miembros inferiores) y dañar diferentes órganos, como los riñones o los ojos.

Causas

La diabetes puede aparecer por varios motivos, como el exceso de peso y la obesidad, la falta de actividad física o la edad (a mayor edad, mayor es el riesgo).
Los antecedentes familiares también pueden ser una causa.

¿Cómo sé si tengo diabetes?

Los síntomas de la diabetes son:

  • Mucha sed (polidipsia) y necesidad de orinar (poliuria)
  • Pérdida de peso
  • Agotamiento
  • Mucha hambre (Polifagia)

La diabetes tipo 2 puede no provocar síntomas durante años y detectarse
con un análisis de sangre casual.

Existen distintas formas clínicas de diagnosticar esta enfermedad. Por ejemplo, con una analítica de sangre en ayunas. Si los niveles de glucosa
son iguales o superiores a 126 mg/dl, existe diabetes.

Consejos para prevenir y tratar la diabetes

  • Sigue una dieta cardiosaludable:
  • Reduce al mínimo el consumo de grasas saturadas.
  • Consume alimentos ricos en grasas “buenas” como el pescado y utiliza el aceite de oliva como grasa principal.
  • Come en poca cantidad y varias veces al día.
  • Evita alimentos con azúcares de absorción rápida, que elevan los niveles de glucosa en la sangre (zumos de fruta, pasteles, dulces…).
  • Practica ejercicio de forma regular para controlar los niveles de glucosa en sangre y controla tu peso.
  • Medicación:
  • En el caso de la diabetes tipo 2, cuando la alimentación y el ejercicio no son suficientes para controlarla, se recurre a los antidiabéticos orales.
  • La insulina – mediante inyección subcutánea- está indicada para la diabetes tipo 1 y, en algunos casos, para la diabetes tipo 2.

La obesidad

Hablamos de obesidad o sobrepeso cuando hay una acumulación de grasas
en el organismo que puede poner en riesgo nuestra salud

Causas

La causa principal es un desequilibro energético entre las calorías consumidas y las calorías gastadas.
Esto puede ser provocado por:

  • Una dieta basada en alimentos ricos en grasa
  • Sedentarismo (falta de ejercicio)

¿Cómo sé si tengo obesidad o sobrepeso?

Debes calcular tu IMC (Índice de Masa Corporal), un marcador que se utiliza de forma universal, en adultos de cualquier edad.
Se calcula dividiendo el peso en kilogramos, entre la talla en metros al cuadrado.

  • Tenemos sobrepeso si el IMC es igual o mayor que 25, pero menor que 30.
  • Tenemos obesidad si el IMC es igual o mayor que 30.

En el caso de los niños, para determinar la obesidad o sobrepeso, se tendrá en cuenta la edad y los patrones de crecimiento infantil de la OMS.

¿Por qué es perjudicial?

Una persona con obesidad o sobrepeso suele tener el colesterol, la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre por encima
de los valores recomendables, lo que multiplica el riesgo de sufrir un evento cardiovascular.

También es una enfermedad perjudicial en los niños. Por ejemplo, puede provocarles dificultades respiratorias, hipertensión, aumentar el riesgo
de fracturas, de enfermedad cardiovascular y de desarrollar obesidad, discapacidad e incluso muerte prematura en la edad adulta.

Consejos para prevenir y reducir la obesidad

Mejorando nuestro estilo de vida, con la práctica regular de ejercicio y una dieta adecuada, lograremos perder esos kilos de más y reducir factores
de riesgo cardiovascular, como la presión arterial o el colesterol malo. Si no consigues alcanzar tu peso ideal, ¡no te desanimes! Con una pérdida moderada
o ligera de peso, ya notarás beneficios importantes en tu metabolismo.

¡Sigue estos consejos!

  • Evita el tabaco.
  • Sigue una dieta cardiosaludable:
  • Limita el consumo de azúcares, grasas y sal.
  • Aumenta el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Evita el consumo de alcohol y de bebidas azucaradas o refrescos.
  • Consume productos frescos y sin procesar.
  • Practica ejercicio de forma regular.
  • Evita actividades sedentarias.

Es muy importante que la pérdida de peso se realice de forma gradual y no en pocas semanas, ya que las bajadas rápidas
de peso pueden generar un efecto rebote. Consulta con un profesional sanitario cómo bajar de peso.

Recuerda

Si sufres un determinado factor de riesgo no significa que vayas a desarrollar una enfermedad cardiovascular.
Su ausencia tampoco garantiza estar protegido frente a ellas.

Presentar varios factores de riesgo a la vez aumenta el riesgo cardiovascular, ya que unos se potencian con la presencia de otros.

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