Así lo demuestran los resultados de la encuesta sobre riesgo de enfermedad cardiovascular que ha realizado Cardioalianza a 562 pacientes, con el objetivo de conocer la percepción de riesgo que tienen las personas que han sufrido, al menos, un evento cardiovascular en nuestro país.

La encuesta se realizó en formato online entre los meses de julio y septiembre de 2021 a personas mayores de 16 años. El 54,5% de los participantes manifiestan que han sufrido un infarto de miocardio, un 21,9% una angina de pecho, el 19% una enfermedad cerebrovascular y el 4,6% tiene un diagnóstico de aterosclerosis aórtica. El 69,8% son hombres y la edad media de los participantes es de 63 años (±7,7 años) con 56 años de media de diagnóstico.

El riesgo que tienen estos pacientes de volver a sufrir un segundo evento cardiovascular es muy elevado, especialmente antes del primer año, y así lo evidencian los resultados pues uno de cada cuatro entrevistados afirmó haber sufrido más de un evento cardiovascular.  A pesar de ello, son muchos los que lo desconocen pues casi un 60% de los pacientes manifiesta no haber recibido ninguna información sobre el riesgo existente de volver a padecer un evento, y un 15% no lo recuerda.

Las enfermedades cardiovasculares suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia. Por ello, la misma  Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que las principales medidas para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular son la modificación de nuestros hábitos de vida, particularmente el cese del consumo de tabaco, la reducción de la sal en la dieta, el aumento del consumo de frutas y hortalizas, la práctica regular de actividad física y el evitar el consumo nocivo de alcohol.

En este sentido, tras la realización de la encuesta, podemos afirmar que, por lo general, los pacientes cardiovasculares de nuestro país son conocedores de algunas de las principales medidas preventivas que hay que tomar para reducir al máximo su riesgo, señalado en mayor porcentaje: tomar tratamiento farmacológico crónico (95%), realizar actividad física (82%), controlar el colesterol (76%), llevar una dieta saludable (73%), asistir a todos los controles médicos (64%), controlar o disminuir el estrés (58%) y dejar el consumo de tabaco (51%).

Por otro lado, como parte del tratamiento y como se indica en las guías de práctica clínica, la rehabilitación cardiaca es fundamental para la óptima y correcta recuperación de los pacientes. Los programas de rehabilitación cardíaca son un conjunto de intervenciones multidisciplinares, que van desde el entrenamiento físico hasta el apoyo nutricional o soporte psicológico al paciente, que han demostrado mejorar el pronóstico (reducen la mortalidad y las complicaciones mayores) y la calidad de vida de la persona que convive con una enfermedad cardiaca.

A pesar de sus múltiples beneficios, se trata de programas infrautilizados en nuestro país, pues hoy en día solo un tercio (31%) de los pacientes cardiovasculares ha tenido acceso a beneficiarse de ellos, según demuestran los resultados de la encuesta. Por tipología de enfermedades, los pacientes con infarto de miocardio (42,2%) son los que realizan o han realizado en mayor proporción rehabilitación cardiaca, aunque solo un 6,9% declara realizarla en la actualidad.

En cuanto a la valoración que hacen los propios pacientes de estos programas, cabe destacar que el 80% de las personas que realizan o han realizado rehabilitación cardiaca han indicado que les ha ayudado “mucho/bastante” a mejorar su estado de salud.

Como indica la OMS, en las personas que ya han sufrido un evento cardiovascular es fundamental la detección precoz y el tratamiento temprano de los principales factores de riesgo como son la hipercolesterolemia, la hipertensión arterial y la diabetes, con el objetivo de lograr reducir el riesgo que tienen de volver a padecer otro evento.

En este sentido, los resultados de la encuesta reflejan que el 30% de los pacientes afirma tener hipercolesterolemia y, de éstos, 7 de cada 10 manifiesta que ha sido informado sobre la importancia de seguir el tratamiento farmacológico de forma crónica (adherencia) para lograr reducir sus cifras de colesterol.
Por el contrario, el 90% de los pacientes con hipercolesterolemia no saben a qué nivel debe tener el colesterol LDL, también conocido popularmente como“colesterol malo”  y casi el 60% (58,2%) desconoce la definición de colesterol LDL. Además, aproximadamente la mitad (46,7%) de estos pacientes desconocen el resultado del colesterol LDL obtenido en el último análisis de sangre, lo que pone de manifiesto el alto grado de desconocimiento por parte de muchos pacientes y la necesidad de poner en marcha programas de educación sanitaria dirigidos específicamente a aumentar el conocimiento que tiene al paciente entorno a la propia enfermedad y dotarle de las herramientas necesarias para que aprenda a gestionar y controlarla mejor en su día a día.

Os invitamos a conocer más en profundidad los resultados de esta encuesta realizada por Cardioalianza con la colaboración de la biotecnológica Amgen.


Fuente:

  • Cardioalianza. Encuesta riesgo de enfermedad cardiovascular. Septiembre 2021.

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