Las enfermedades del sistema circulatorio son la primera causa de muerte en el mundo y también en nuestro país, donde son las responsables del 27,8% (116.615) de las defunciones[i]. La edad es el principal factor de riesgo en la ECV, pues cuatro de cada cinco de estas muertes se producen en personas mayores de 65 años[ii].
El aumento de la esperanza de vida de los últimos años ha conducido a un importante incremento de la proporción de personas mayores que, a su vez, son las que presentan mayores comorbilidades y, por consiguiente, hemos sido testigos de una mayor demanda de recursos sanitarios.
La carga asistencial por enfermedades cardiovasculares (ESC) seguirá aumentando en los próximos años, y esto plantea retos en relación a la mejora del diagnóstico y tratamiento de las ECV, que deben abordarse con soluciones urgentes, novedosas e innovadoras.
En este contexto, el siguiente informe ha analizado las percepciones de médicos, administradores y pacientes, respecto a la atención de la enfermedad coronaria y la enfermedad arterial periférica y cómo la tecnología podría ayudar a eliminar las barreras para una atención óptima, personalizada y centrada en el paciente. El estudio “Más allá de la intervención: mejorar la atención vascular personalizada mediante la innovación tecnológica”, contó con la participación de un total de: 24 médicos (16 cardiólogos, 3 endocrinólogos, 2 cirujanos vasculares, 1 internista, 1 cirujano cardiovascular y 1 podólogo), 12 administradores y 9 pacientes, estos últimos reclutados a través de Cardioalianza. Para conocer las opiniones de los profesionales se utilizó el método Delphi, que consiste en dirigir una serie de consultas a un panel de expertos, y para conocer las percepciones de los pacientes se utilizó la técnica de entrevistas estructuradas individuales con posibilidad de hacer comentarios libres.
A todos ellos les preguntaron por distintos aspectos sobre cómo mejorar la atención vascular personalizada mediante la innovación tecnológica, desde puntos relacionados con la mejora del diagnóstico y tratamiento del paciente, hasta temas relacionados con la estructura organizativa del propio Sistema o a garantizar una continuidad asistencial del paciente entre niveles asistenciales.
Dentro de las conclusiones a las que llega el informe, destacamos que tanto médicos como administradores están de acuerdo en afirmar que la tecnología ha logrado grandes avances en su labor con los pacientes con ECV ya que, gracias a ella, se ha aumentado la capacidad para obtener diagnósticos más precisos y el uso de la historia clínica electrónica.
En concreto, el 95,8% de los médicos puntúa con alta relevancia a la capacidad de tener diagnósticos más precisos gracias a la tecnología y el 62,5% consideran que resulta muy relevante el uso habitual de la historia clínica electrónica. Por su parte, el 75% de los administradores han destacado que la tecnología resulta muy relevante para el uso habitual de la historia clínica electrónica y el 66% para aquellos aspectos relacionados con la imagen que permiten intervenciones más precisas.
Así, la digitalización ha permitido que los diagnósticos sean más rápidos y precisos, que la terapia se adapte a cada tipo de paciente y, además, ha facilitado que éstos participen activamente en el control de su salud. Además, ambos colectivos coinciden en que la tecnología sería una herramienta útil para mejorar, en especial, la satisfacción y el futuro bienestar de los pacientes, y que la tecnología mejorará la privacidad de la historia clínica. Del mismo modo, ambos grupos se muestran optimistas al pensar en que en los próximos años llegarán mejores soluciones para diagnosticar y tratar la enfermedad cardiovascular y la arteriopatía periférica. Sin embargo, los administradores se muestran más satisfechos con la tecnología que facilita la programación de citas, analíticas, y procesos de los pacientes, así como con los avances farmacológicos capaces de reducir la necesidad de intervenciones.
Ambos colectivos reconocen que existen algunas barreras para mejorar los resultados de atención en los pacientes. En este punto, tanto médicos como administradores coinciden en considerar que los diagnósticos erróneos y la incapacidad para diagnosticar correctamente son las principales limitaciones para obtener mejores resultados.
En este sentido, los médicos le otorgan mayor relevancia que los administradores a limitaciones como la escasez de tiempo para dedicar a cada paciente, los insuficientes recursos para que realicen cambios en el estilo de vida, y la falta de instalaciones de postratamiento adecuadas para la recuperación, como centros de rehabilitación cardíaca. Además, el colectivo médico coincide en señalar que existen lagunas de conocimiento para decidir el tratamiento más adecuado para los pacientes, siendo la escasa información sobre comorbilidades y sus tratamientos la más relevante. Los médicos también creen que debe mejorar la conexión entre los profesionales de Atención Primaria y los especialistas para poder identificar mejor a los pacientes en riesgo de sufrir una ECV.
Los administradores, por su parte, consideran que la tecnología es altamente relevante para mejorar ciertos aspectos de la gestión, en especial la satisfacción de los pacientes, con el 58% de las respuestas con la máxima puntuación, y una la gestión presupuestaria más eficiente que redunde en un ahorro de costes.
En cuanto a la información y seguimiento del paciente, el panel de administradores coincide en que las herramientas de telemedicina y seguimiento para que los pacientes puedan participar sin necesidad de una visita pueden ser de gran utilidad, al igual que el uso de recordatorios y consultas digitales para que los pacientes comprendan su plan de tratamiento y progreso. El 75% de los administradores encuestados indica que deben resolverse lagunas informativas para decidir mejor el tratamiento en relación con los factores de riesgo, incluidos los antecedentes familiares y para el 66% se debe incidir más en el uso de las historias clínicas electrónicas.
Por su lado, los médicos destacan que les gustaría tener mayor control sobre el impacto en los resultados en los pacientes en todas las fases del proceso asistencial, ya que el que realmente tienen es menor del que quisieran en todas las fases, especialmente antes del diagnóstico (según el 83,3%) y cuando se está decidiendo el plan del tratamiento (según el 87,5%). Además, tanto médicos como administradores enfatizan en la importancia del manejo de las enfermedades cardiovasculares con un abordaje multidisciplinar, contando con las preferencias de los pacientes. De hecho, para el 79,1% de los médicos y para el 91% de los administradores la satisfacción del paciente tiene una alta relevancia (otorgándoles la máxima puntuación) y creen que las intervenciones en este sentido están mejorando el bienestar de los pacientes.
Así, en cuanto al impacto de las nuevas tecnologías sobre el flujo de trabajo, los médicos y administradores están de acuerdo en que las nuevas tecnologías tienen alta relevancia en permitir una mejor programación de la asistencia y seguimiento de los pacientes, facilitar una atención más personalizada, mejorar los resultados, mejorar la eficiencia de los procedimientos y la confianza del personal. Sin embargo, los médicos consideran más relevante que los administradores que la tecnología requiere formación para lo que se necesita tiempo que el equipo de profesionales no tiene.
En este sentido, para mejorar el seguimiento de los pacientes y la carga de trabajo del personal, ambos perfiles sanitarios están de acuerdo en afirmar que tiene alta relevancia la utilización de aquella tecnología que reduzca el tiempo de estancia del paciente y el tiempo de interpretación de imágenes, la capacitación proporcionada por la industria para el uso de las nuevas tecnologías, herramientas de planificación para medir recursos utilizados y recursos necesarios, y datos de salud de la población.
Entre las medidas para controlar los costes, los médicos y administradores coinciden en que, de las medidas propuestas, la más relevante es disponer de tecnología que reduzca el reingreso hospitalario y la menos relevante disponer de herramientas de ayuda para aliviar el agotamiento del personal. El efecto del “burnout” y su relación con las nuevas tecnologías aún no se conoce, por lo que se están desarrollando iniciativas para que estas ayuden a mitigar el agotamiento entre los expertos sanitarios.
Por su parte, el 88% de los pacientes han manifestado que se sienten muy satisfechos con su experiencia en el laboratorio de hemodinámica, y se muestran optimistas con la llegada de mejores soluciones para diagnosticar y tratar la enfermedad cardiovascular en los próximos años. El 77% de los pacientes considera que la tecnología debe complementar la experiencia del médico y ayudar a prestar una atención personalizada. Asimismo, el 66% manifiesta que lo que más confianza les aporta ante la toma de decisiones médicas es que su médico esté actualizado con las investigaciones recientes y su experiencia en situaciones similares anteriores, mientras que un 77% cree que la tecnología es relevante en todas las fases del proceso asistencial, pero que ésta tiene un mayor impacto antes del diagnóstico.
Este informe pone de relevancia que los avances tecnológicos pueden ayudar a los profesionales sanitarios a identificar, priorizar y a tratar mejor a los pacientes cardiovasculares, además de ayudar a disminuir la carga asistencial de los propios pacientes, de los profesionales sanitarios y, en general, ayudar a una mejor gestión y atención de la ECV.
FUENTES: Mejorar la atención vascular personalizada mediante la innovación tecnológica. Informe Abbott Vascular. DESCARGAR AQUÍ
[i] Instituto Nacional de Estadística (INE). Nota de prensa defunciones según la Causa de Muerte Año 2020. Octubre 2021. Disponible en: https://www.ine.es/prensa/edcm_2020.pdf
[ii] Ministerio Sanidad, Consumo y Bienestar Social. (2007). Campañas 2007- Prevención de enfermedades cardio y cerebrovasculares. También disponible en: https://www.mscbs.gob.es/campannas/campanas07/cardiovascular3.htm