La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha publicado recientemente nuevas conclusiones de la undécima edición del Registro RECALCAR 2022, cuyos datos reflejan de forma objetiva el estado de la atención al paciente con cardiopatía en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

El informe persigue un doble objetivo. Por un lado, el de investigar la relación entre estructura y recursos con los resultados en la atención del paciente cardiológico, que se realiza  gracias a la cesión de la base de datos de altas hospitalarias por parte del Ministerio de Sanidad, y, por el otro, analizar los recursos, actividad, modelo organizativo y calidad de las Unidades y Servicios de Cardiología de nuestro país, que se efectúa gracias a una encuesta en la que participan los responsables y jefes de estas Unidades/Servicios. En concreto, en esta edición del 2022, han participado en la encuesta 119 unidades (118 de hospitales del Sistema Nacional de Salud y una red privada), lo que implica un relevante compromiso de los responsables de servicios y unidades de cardiología con este proyecto, como señala el documento.

Una de las principales conclusiones que destaca el informe es que se ha recuperado la actividad asistencial en los servicios de Cardiología tras la alteración provocada por la pandemia de la COVID-19. A pesar de ello, se constata, como en informes anteriores, que existe una importante variabilidad en los datos e indicadores entre las Unidades/Servicios de Cardiología entre Comunidades Autónomas y tipologías de Unidad, lo que repercute probablemente en notables diferencias en la calidad y productividad de los recursos humanos y de los equipos, que refieren amplios márgenes de mejora.

El documento señala que la dotación de recursos está dentro o ligeramente por encima de los criterios de ordenación de recursos recomendado, por lo que los retos más importantes para mejorar la calidad de la atención al paciente son la mejora de la calidad en el desempeño y de la eficiencia en la gestión.

Del mismo modo, también son adecuados los indicadores de hospitalización convencional, ya que se sitúa en una media de casi 5 días. El 54% de las Unidades con 1.500 o más ingresos al año tienen camas asignadas de cuidados críticos, cuando se recomienda que todas las Unidades con este volumen dispongan de estas unidades de cuidados críticos, por lo que ésta debería ser una de las mejoras a introducir en la asistencia del SNS, según se señala. El 91% de estas Unidades tienen guardia de presencia física, lo que cumpliría con las recomendaciones.

Las interconsultas para otros servicios del hospital es una actividad importante de las Unidades de cardiología y se estima en 3,3 interconsultas por mil habitantes y año. La tasa de consultas externas primeras de cardiología en 2021 fue de 18 por mil habitantes y año, recuperando la actividad previa a la pandemia (20 por mil habitantes en 2019). Asimismo, se constata la implantación de consultas no presenciales pues su tasa en 2021 fue de 4,9 por mil habitantes y año (82% telefónicas), mientras que la tasa de interconsultas con médicos de atención primaria fue del 3,4 por mil habitantes (54% telefónicas y 45% por correo electrónico). Estos datos muestran la consolidación de estas modalidades que entraron ya para quedarse durante la pandemia.

En cuanto a la estructura de gestión organizativa, el 91% de las Unidades que contestaron la encuesta disponían de una unidad de insuficiencia cardiaca y el 66% de rehabilitación cardiaca, incluyendo las compartidas, que son un 58% sobre el total.

El 70% de las Unidades disponen de unidad organizativa para el diagnóstico por imagen. El promedio de ecocardiogramas por cardiólogo/año fue de 2.250 (10 ecocardiografías por día laborable), con una amplia variabilidad, lo que indica que probablemente esta productividad es mejorable.

En cuanto a la hemodinámica e intervencionismo cardiaco, el 66% de las Unidades que contestaron la encuesta tenía una unidad funcional de hemodinámica, el 56% con servicio de cirugía cardiaca y el 44% sin servicio de cirugía cardiaca, y el 94% de las unidades que realizaban angioplastia primaria (15 o más al año) tenían establecido un mecanismo de activación.  La dotación de salas de hemodinámica es de 1 sala por cada 320.000 habitantes, existiendo notables variaciones entre Comunidades Autónomas, según destaca el informe.

El 55% de las Unidades participantes disponían de una unidad de electrofisiología. El número de procedimientos electrofisiológicos intervencionistas por sala y año estimado fue de 180 y el promedio de procedimientos intervencionistas por cardiólogo fue de 90. En este sentido, el informe subraya una notable variabilidad en los indicadores de productividad de las unidades de arritmias y electrofisiología.

En referencia a la cirugía cardiaca, 43 de las 118 Unidades (36%) disponían de un servicio de cirugía cardiaca en su hospital. De esta forma, la encuesta refleja que existe un servicio de cirugía cardiaca por cada 1.096.864 habitantes.

Respecto a la formación e investigación de las Unidades, el 62% de las que respondieron a la encuesta RECALCAR estaban acreditadas para la docencia MIR en la especialidad de cardiología, con un promedio de 11 residentes por Unidad. Un 79% de las Unidades había publicado trabajos en revistas indexadas y un 78% participado en ensayos clínicos. El 22% estaban integradas en un Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) o en Redes temáticas de Investigación Cooperativa (RETIC) del Instituto Carlos III. En referencia a los procesos de gestión, el 50% de las Unidades informaba que había establecido una gestión por procesos y un 31% estaba integrada en una red regional de Unidades.

Para consultar el resto de las conclusiones del informe VER ENLACE INFORME RECALCAR 2022

Fuentes:

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