Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) ha demostrado que las mujeres que toman estrógenos orales como parte de su terapia hormonal para la menopausia pueden tener mayor riesgo de hipertensión. Los resultados de este estudio, publicados en la revista Hypertension, remarcan la importancia de considerar la vía de administración y la formulación del estrógeno para evaluar el riesgo de presión arterial alta en mujeres posmenopáusicas que realizan terapia hormonal.

Para llevar a cabo la investigación, se analizaron los registros de salud de 112.000 mujeres con menopausia que seguían terapia hormonal con distintos tipos de estrógenos y diferentes vías de administración. Se evaluó la relación entre la vía de administración (oral, transdérmica o vaginal) de la terapia hormonal con estrógenos y el riesgo de desarrollar hipertensión. También se examinó la formulación de los diferentes fármacos de estrógeno y su relación con el riesgo de presión arterial alta.

Los resultados del estudio demuestran que las mujeres que realizaban terapia hormonal con estrógeno por vía oral tenían un 14% más de riesgo de desarrollar hipertensión en comparación con aquellas que utilizaban estrógeno transdérmico, y un 19% más de riesgo en comparación con las que utilizaban cremas u óvulos vaginales de estrógeno. Además, se ha observado que el uso de estradiol no oral con la dosis más baja y durante el menor tiempo posible podría reducir el riesgo de desarrollar presión arterial alta.

Estudios anteriores también evidencian que iniciar la terapia hormonal en las primeras etapas de la menopausia puede tener beneficios cardiovasculares. Lo contrario ocurre en las últimas etapas, ya que puede provocar un aumento del riesgo de desarrollar tensión arterial alta, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.

Estos hallazgos concluyen que los estrógenos orales en mujeres posmenopáusicas se asocian con un aumento de riesgo de hipertensión, en comparación con las mujeres premenopáusicas. La autora del estudio, Cindy Kalenga, recalca que si una mujer menopáusica necesita realizar una terapia hormonal puede elegir entre los diferentes tipos de estrógenos con menos riesgo cardiovascular. «Se le podrían administrar dosis bajas de estrógeno no oral, como el estradiol, en formas transdérmicas o vaginales y durante el período más corto posible, según los síntomas individuales y la relación riesgo-beneficio en cada paciente», comenta la investigadora.

En conclusión, los resultados de este trabajo remarcan la importancia de considerar la vía de administración, la formulación, la duración y la dosis acumulada de estrógeno, para evaluar el riesgo de hipertensión en mujeres posmenopáusicas que realizan terapia hormonal. Los autores del estudio comentan que el uso de estrógeno transdérmico y el estradiol en dosis bajas podrían ser las opciones más adecuadas para reducir el riesgo de tensión arterial alta en este segmento de la población. Sin embargo, dado que este estudio es de los pocos que ha investigado la vía de administración, el tipo de estrógeno, la dosis y la duración del uso, los autores del estudio piden que se realice una investigación más rigurosa sobre la relación de la terapia hormonal y la salud cardiovascular de las mujeres en esta etapa.   

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