El IV Congreso para pacientes con enfermedades cardiovasculares fue inaugurado por Paloma Casado, Subdirectora de Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, quien destacó que la mejora de la salud tiene que estar presente en todas las políticas, no solo en sanidad y educación, ya que son necesarias acciones de salud pública que tengan como objetivo la reducción de los factores de riesgo que son comunes a muchas patologías crónicas pero que son especialmente incisivas en las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, también destacó que la prevención y la educación en salud ha de ser el pilar a partir del cual se empiecen a diseñar nuevas estrategias y que otro pilar fundamental tiene que ser la rehabilitación adecuada a estos pacientes para lograr su reinserción a la vida diaria, ya que no se trata solo de ganar años de vida, sino de ganar años de vida con calidad.
Por su lado, Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza, ha señalado que, “para lograr una atención integral del paciente, es decir, desde el ámbito biopsicosocial de la persona, tenemos que tender puentes entre todos los actores sanitarios que intervienen en la atención del paciente. Éste debe de estar presente en todas las etapas del proceso asistencial, desde la planificación de las políticas hasta en la toma de decisiones compartidas en la propia consulta”.
Mesa de debate sobre tratamiento y prevención del riesgo vascular
En la mesa de debate sobre riesgo vascular descubrimos que la enfermedad cardiovascular es una enfermedad que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero en edades distintas, ya que a ellas suele aparecer más tarde. Cabe destacar que la enfermedad cerebrovascular es la primera causa de muerte entre las mujeres, mientras que en los hombres son los tumores1. En la misma línea, los especialistas han destacado que en edades precoces la cardiopatía isquémica y los infartos de miocardio son más típicos en hombres pero que cada vez estamos asistiendo a un desarrollo más precoz de cardiopatía isquémica en mujeres con edades más jóvenes, debido a los cambios en sus estilos de vida, como es su inclusión en el hábito tabáquico y otros factores de riesgo que también están en aumento como el sedentarismo o la obesidad.
En la mesa también se ha destacado que la arteriosclerosis (inflamación de las arterias) es una enfermedad crónica y progresiva, que se presenta en edades avanzadas pero que es consecuencia directa del estilo de vida que se haya seguido a lo largo de la vida. Por ello, inciden los expertos, en que es muy importante transmitir a la población más joven la importancia de llevar un estilo saludable en la juventud, ya que ello marcará nuestra salud cardiovascular y nuestra calidad de vida el día de mañana.
Con respecto a los factores de riesgo y su nivel de incidencia sobre la enfermedad cardiovascular, los profesionales destacaron la importancia del control del colesterol LDL (“colesterol malo”) sobre la cardiopatía isquémica, y del control de la hipertensión en el caso del ictus. En relación con los fumadores, los expertos fueron claros, “para quien fuma, el tabaco es su mayor enemigo y su primer factor de riesgo”, quienes precisaron que el riesgo que se disminuye en un paciente fumador, que ya ha tenido una cardiopatía isquémica, al año de dejar de fumar es de un 50%, algo que ningún fármaco es capaz de lograr hoy en día, por ello es clave fomentar estrategias enfocadas a dejar este hábito nocivo.
Otro dato relevante que destacaron los expertos fue que hoy en día se tiene mucha más capacidad de detectar y prever las enfermedades cardiovasculares que los cánceres. Solo un 40% de los cánceres son evitables, pero en la enfermedad cardiovascular este porcentaje asciende hasta el 90%. Ante este dato, los especialistas señalaron que aunque también hay condicionantes genéticos que propician la aparición de patologías cardiovasculares, por suerte existen mecanismos de intervención eficaces para controlar los factores de riesgo cardiovasculares, tengan o no componente genético, con lo que la capacidad de reacción en las enfermedades cardiovasculares es mucho mayor que en otras patologías.
Como conclusión, se ha destacado que buena parte de la prevención de este tipo de enfermedades está en la mano de uno mismo. Así, por ello es tan importante el control de los factores de riesgo (colesterol, hipertensión, diabetes, obesidad, tabaco, etc.) para poder retrasar al máximo la aparición de la enfermedad cardiovascular y lograr, además de una mayor longevidad, una mayor calidad de vida durante más tiempo.
Otras mesas de debate y ponencias
Durante estos dos días de Congreso han tenido lugar varias mesas de debate, en las que se ha podido hablar sobre insuficiencia cardiaca (IC), dónde se ha abordado la falsa percepción de estabilidad que tienen los pacientes, la importancia de informar al paciente para que éste tome un rol más activo en su autocuidado y evitar así muchos reingresos, y también se han dado pautas sobre cómo debería ser una óptima comunicación sanitario-paciente en la consulta.
Asimismo, se ha dado a conocer la perspectiva del paciente después de recibir un trasplante, ellos mismos nos han explicado a través de su testimonio, sus miedos, vivencias y el eterno agradecimiento al donante. Por la tarde, se ha dedicado una mesa de debate a hablar sobre las bondades del ejercicio físico en personas con cardiopatías congénitas, dónde se ha hablado sobre la tipología de ejercicio más adecuado según cada paciente y sobre la práctica de deporte como elemento de integración social y como mejora del estado físico y mental de la persona.
Dentro del marco del Congreso también se ha dedicado una sesión a la presentación de proyectos en investigación cardiovascular, como la detección precoz de la fibrosis miocárdica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra; o los beneficios de la polipíldora en la mejora de la adherencia en la prevención secundaria del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).