Se ha visto que la gripe puede empeorar la situación clínica de aquellas personas con enfermedad cardiovascular, aumentando el número de hospitalizaciones y fallecimientos; por ello desde Cardioalianza queremos recordar la importancia de la vacunación frente a la gripe y el neumococo como la mejor medida para su prevención, especialmente entre este grupo de riesgo.
En cuanto a la enfermedad cardiovascular, se estima que la eficacia de la vacuna de la gripe puede prevenir los infartos agudos de miocardio en un rango del 15 al 45% según diferentes estudios[i]; eficacia observada en otras medidas como dejar el tabaco (32-43%), las estatinas (19-30%) y la terapia antihipertensiva (17-25%). Así, estos datos demuestran que la vacunación de la gripe es beneficiosa para la propia enfermedad cardiovascular, con lo que es una importante medida de prevención secundaria entre aquellos pacientes con enfermedad coronaria.
“Frente a la gripe, Vacúnate” es el lema de la campaña que ha puesto en marcha este año el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para fomentar la vacunación frente a la gripe, especialmente entre las personas mayores de 65 años.
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias causada por un virus que tiene una alta capacidad de transmisión de una persona a otra. Se presenta generalmente en invierno y de una forma epidémica, ya que se transmite por el aire al toser o estornudar y su período de incubación es de 48 horas con una variación entre uno y siete días.
Se trata de un importante problema de salud, tanto por la mortalidad que puede provocar como por las complicaciones que puede ocasionar y los costes económicos y sociales que origina. Cada año, afecta entre el 5% y 15% de la población y es superior al 50% en grupos de población que se encuentran en recintos cerrados, como sería el caso de internados escolares o asilos.
En concreto, durante la temporada 2018- 2019 en España se estimó que 490.000 casos leves de gripe acudieron a las consultas de atención primaria, hubo 35.300 hospitalizaciones con gripe confirmada por ensayos de laboratorio, 2.500 ingresos en la UCI y 6.300 muertes asociadas a la gripe.[ii]
¿Qué síntomas da la gripe?
Los principales síntomas son fiebre de hasta 39ºC, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, estornudos, tos intensa y persistente, rinorrea, lagrimeo y faringitis leve. Los síntomas de la gripe pueden confundirse con los de otras patologías respiratorias, como el catarro común. Es una enfermedad autolimitada con una evolución de cinco a siete días, aunque algunos de los síntomas pueden durar entre dos y tres semanas.
¿Cómo se transmite la Gripe?[iii]
La fuente de la infección está constituida por las personas enfermas. La transmisión se produce fundamentalmente por vía aérea mediante «gotitas» que son originadas al hablar, toser o estornudar por la persona enferma y que alcanzan a una persona sin gripe pero capaz de padecerla. El virus entra en la nariz, garganta o pulmones de una persona y comienza a multiplicarse causando los síntomas de la gripe. También puede transmitirse, con mucha menos frecuencia, por contacto directo, por ej. cuando una persona toca una superficie que contiene virus de la gripe -por ej. la mano de un enfermo- y posteriormente se toca su nariz o su boca.
Las personas enfermas son capaces de transmitir la enfermedad desde un día antes del comienzo de los síntomas hasta unos 3 a 7 días después del comienzo de la enfermedad. Los niños pueden transmitir la gripe incluso durante más de 7 días tras el comienzo de los síntomas.
Los síntomas de la enfermedad comienzan de 1 a 4 días después de que el virus entra en el organismo. Algunas personas son infectadas por el virus de la gripe pero no desarrollan síntomas de la enfermedad, sin embargo estas personas sí que pueden transmitir la enfermedad a otros.
La fuente de la gripe en las infecciones humanas es fundamentalmente el hombre; sin embargo, los virus gripales infectan frecuentemente a animales como aves, caballos o cerdos que pueden ser fuente de nuevos subtipos para el hombre. Esta capacidad demostrada de los virus gripales de los animales de saltar la barrera interespecie y afectar a los seres humanos hace que la gripe no pueda ser considerada como una enfermedad erradicable.
¿Cómo se puede prevenir la gripe?
La vacunación es la manera más efectiva de prevención.
Además de la vacunación, se recomiendan las siguientes medidas:
- Taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables.
- Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado.
- Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las secreciones nasales.
- Limitar el contacto, en la medida de lo posible, con otras personas si se tiene malestar, fiebre u otros síntomas gripales para evitar contagiarlas.
- Evitar el contacto con personas enfermas para evitar que nos contagien.
¿Por qué es necesario la vacunación frente a la gripe todos los años?
Es necesaria la vacunación frente a la gripe todos los años por dos motivos:
- Los virus de la gripe tienen una elevada capacidad para variar sus antígenos de superficie (proteínas con especial relevancia en la capacidad del virus para infectar). Estas variaciones implican la aparición de nuevos virus de la gripe frente a los que el ser humano no tiene protección. Por este motivo la vacuna debe actualizarse cada año.
- Además de ello, los anticuerpos producidos por las personas gracias a la vacunación antigripal disminuyen con el tiempo.
¿Quién se debe vacunar frente a la gripe?
La vacunación se recomienda fundamentalmente para las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la gripe y para las personas en contacto con estos grupos de alto riesgo ya que pueden transmitírsela.
Así, los grupos de población en los que se recomienda la vacunación antigripal, según recomendaciones aprobadas por la Comisión Nacional de Salud Pública, son las siguientes:
- Personas de edad mayor o igual a 65 años. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
- Personas menores de 65 años que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe: como niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares; niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades metabólicas, obesidad mórbida, insuficiencia renal, hemoglobinopatías y anemias, asplenia, enfermedad hepática crónica, enfermedades neuromusculares graves, inmunosupresión, incluida la originada por la infección de VIH o por fármacos o en los receptores de trasplantes, implante coclear o en espera del mismo, trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras.
- Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones: trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria; personas que por su ocupación trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o ancianos, y personas que conviven en el hogar, incluidos niños/as, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo.
- Otros grupos en los que se recomienda la vacunación: personas que trabajan en servicios públicos esenciales (fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos, etc.) y las personas con exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también aves silvestres.
[i] Artículo Sociedad Española de Cardiología: https://secardiologia.es/blog/8030-vacuna-de-la-gripe-y-prevencion-del-infarto-agudo-de-miocardio
[ii] Sistema de Vigilancia de la gripe en España: http://vgripe.isciii.es/inicio.do
[iii] Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social: https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/gripe/gripe.htm