Un reciente estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology establece una conexión entre la dieta atlántica y una disminución en el riesgo de mortalidad relacionada con enfermedades cardiovasculares y cáncer.

La dieta atlántica, caracterizada por su abundancia en pescado, carne, lácteos, verduras, legumbres, patatas y pan integral, encuentra su justificación en la adaptación a las condiciones geográficas y climáticas de Galicia y el norte de Portugal. La cercanía al Océano Atlántico favorece el consumo de pescado, mientras que la generosidad de sus praderas contribuye a la ganadería y, por ende, al consumo de carne roja, embutidos y productos lácteos. Asimismo, los productos hortícolas desempeñan un papel fundamental en esta dieta, siendo consumidos en forma de caldo.

Investigaciones previas ya habían revelado que quienes seguían una dieta atlántica mostraban mejores indicadores de riesgo cardiovascular, así como una disminución en el riesgo de infarto de miocardio y mortalidad. No obstante, estos estudios se circunscribían a la población española.

Ante esta limitación, un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, CIBERESP e IMDEA-Alimentación, llevó a cabo un nuevo estudio con el fin de extrapolar los resultados obtenidos de España a otras ciudades europeas.

Tras un seguimiento que abarcó más de 13 años y contempló a un total de 35.917 individuos de edades comprendidas entre los 18 y 96 años, pertenecientes a cuatro cohortes europeas (ENRICA en España, HAPIEE en Republica Checa y Polonia y Whitehall II en Reino Unido), lograron validar su hipótesis.

Así, se evidenció que aquellas personas cuyos hábitos alimenticios se asemejaban a la dieta atlántica presentaban una tasa de mortalidad un 15% inferior en comparación con aquellos que seguían patrones alimenticios diferentes.

El seguimiento a largo plazo reveló, principalmente, una reducción del 19% en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y del 8% en el caso del cáncer. Esto se atribuye a la asociación de la dieta atlántica con una microbiota intestinal más saludable y niveles reducidos de varios factores de riesgo cardiovascular, como la proteína C reactiva, los triglicéridos, la insulina, el colesterol y el índice de masa corporal (IMC), entre otros.

Este estudio extrapoló los resultados obtenidos en la población española a otros países europeos, específicamente, en la Republica Checa, Polonia y Reino Unido. Aunque los resultados fueron consistentes en todos los países, la reducción de la mortalidad fue más pronunciada en Polonia.

Estos hallazgos, en conjunto con investigaciones previas, abren nuevas perspectivas para la elaboración de pautas nutricionales basadas en el patrón dietético tradicional de Galicia y el norte de Portugal y, además, estas recomendaciones podrían ser aplicables a otros países de Europa central, oriental y occidental.

FUENTES:

  • Carballo Casla, A., Stefler, D., Ortolá, R., Chen, Y., Knüppel, A., Kubínová, R., Pająk, A., Rodríguez-Artalejo, F., Brunner, E., Bobák, M. (2023). The Southern European Atlantic diet and all-cause and cause-specific mortality: a European multicohort study. European Journal of Preventive Cardiology. https://doi.org/10.1093/eurjpc/zwad370

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