La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el tabaco mata a casi la mitad de sus usuarios causando un total de ocho millones de muertes en el mundo cada año. En nuestro país, cada año más de 69.000 personas mueren prematuramente debido al consumo del tabaco que provoca dolencias como la EPOC, el enfisema pulmonar, el cáncer de pulmón o enfermedades cardiacas, y es considerada la primera causa aislada de enfermedad evitable, invalidez y muerte prematura, según datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).

En los últimos años, los cigarrillos electrónicos se han convertido en una alternativa, cada vez más popular, a los cigarrillos convencionales, especialmente entre los jóvenes. Esto se debe a estrategias de marketing agresivas y afirmaciones engañosas de la industria, que han generado la falsa creencia de que los cigarrillos electrónicos son una “opción saludable” y una alternativa a los cigarrillos de tabaco normales. Sin embargo, estas afirmaciones parecen ignorar el creciente número de estudios que vinculan los cigarrillos electrónicos con una amplia variedad de problemas de salud, incluido un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, como señala en un reciente manifiesto publicado en Global Heart la World Heart Foundation (WHF).

Tal y como demuestra el artículo, los estudios han encontrado que los cigarrillos electrónicos contienen y producen sustancias peligrosas que pueden afectar el corazón, el sistema respiratorio y el cerebro. En concreto, el usuario de cigarrillo electrónico tiene el doble de probabilidades de sufrir un infarto que los no fumadores, y también se ha visto como el uso de estos cigarrillos electrónicos se asocia con un aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial y provoca latidos cardíacos irregulares, problemas vasculares y un posible incremento del riesgo de coágulos sanguíneos.

Aunque existe alguna evidencia de que vapear puede ayudar a los fumadores a dejar de fumar, se ha descubierto que tiene el efecto contrario en los no fumadores, ya que tienen más probabilidades de empezar a fumar después de empezar a vapear. Además, se ha visto que los fumadores que comienzan a usar cigarrillos electrónicos a menudo fuman tanto cigarrillos tradicionales como electrónicos (fumadores duales). De hecho, el informe demuestra que los cigarrillos electrónicos son productos poco saludables diseñados para ser adictivos y enganchar a los usuarios primerizos, en particular a los adolescentes, un mercado objetivo clave para los fabricantes de cigarrillos electrónicos. A pesar de ello, el vapeo sigue comercializándose como una alternativa saludable al tabaquismo y son muchas las personas que lo consumen pensando que no están perjudicando a su salud.

El consumo de cigarrillos electrónicos va en detrimento de la salud de toda la población, pero sobre todo la de los más jóvenes, pues es en este grupo de edad donde se ha visto que más aumenta el consumo de cigarrillos electrónicos. Según datos del Informe sobre los cigarrillos electrónicos 2020 de la Dirección General de Salud Pública, actualmente la mitad de los jóvenes en nuestro país reconoce que ha consumido, en al menos una ocasión, cigarrillos electrónicos, aunque su uso es minoritario en los mayores de 35 años.

“Estos productos relacionados con nuevas formas de fumar suponen a día de hoy una amenaza grave para la salud, pues la inexistencia de regulación y los intereses de la industria influyen negativamente en los logros que hemos conseguido hasta el momento para frenar la epidemia del consumo del tabaco. No es momento de retroceder, sino de seguir adelante con medidas más restrictivas contra toda forma de fumar o vapear”, destaca Maite San Saturnino como presidenta de Cardioalianza.

Desde Cardioalianza creemos que para frenar esta epidemia es necesario aplicar medidas urgentes y de forma inmediate, por ello y como miembros de la WHF, nos sumamos a su llamamiento e instamos a los gobiernos a implementar medidas de forma inmediata que estén dirigidas a regular el uso de cigarrillos electrónicos como:

  • Prohibir la venta y distribución de cigarrillos electrónicos a menores.
  • Prohibir el uso de aromatizantes y prohibir la venta de cigarrillos electrónicos en línea.
  • Exigir etiquetado y advertencias sanitarias en los paquetes de cigarrillos electrónicos.
  • Prohibir el uso de cigarrillos electrónicos donde se hayan prohibido los cigarrillos tradicionales.
  • Prohibir el marketing, la publicidad y las afirmaciones engañosas sobre los cigarrillos electrónicos.
  • Aplicar impuestos especiales a los cigarrillos electrónicos.
  • Realizar más investigaciones para comprender los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos en la salud cardiovascular.

DESCARGA EL FOLLETO DE LA WORLD HEART FOUNDATION


Fuentes:

  • Bianco E, Skipalskyi A, Goma F, Odeh H, Hasegawa K, Al-Zawawi M, Stoklosa M, Dalmau R, Dorotheo EU, et al. E-Cigarettes: A New Threat to Cardiovascular Health – A World Heart Federation Policy Brief. Global Heart. Oct 2021; 16(1): 72. Disponible aquí.
  • Redacción Médica. El riesgo de infarto de miocardio se duplica por los cigarros electrónicos. Noviembre 2021. Disponible aquí.

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