Un reciente estudio publicado este mes en la European Journal of Preventive Cardiology, una revista de la European Society of Cardiology (ESC), demuestra que en aquellas personas que fuman, ya sean cigarrillos convencionales o sin combustión, el uso de la mascarilla quirúrgica provoca disfunción vascular, un aumento del monóxido de carbono exhalado y deteriora la función vascular de los vasos sanguíneos.

El trabajo, desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional y Kapodistriana de Atenas (Grecia), sugiere que fumar cualquier producto de tabaco se ha vuelto aún más peligroso durante la pandemia de COVID-19 debido a la necesidad de usar una máscara durante muchas horas, según apunta su autor principal, el prof. Ignatios Ikonomidis.

Para llegar a estos hallazgos, se estudiaron a 40 fumadores de cigarrillos convencionales, 40 usuarios exclusivos de cigarrillos de tabaco sin combustión y 40 personas no fumadoras de similares características clínicas (edad, sexo, etc) que formaban parte del personal médico de un hospital universitario de tercer nivel de atención.

Se excluyeron del estudio los sujetos con enfermedad cardiovascular conocida o con factores de riesgo como hipertensión, diabetes, dislipidemia, enfermedad renal crónica o fibrilación auricular, ya que estas patologías pueden afectar la función vascular. El estudio se realizó durante un mes. La edad promedio de los participantes fue de 45 años y el 72 % eran mujeres. 

Los investigadores midieron el monóxido de carbono exhalado después de una respiración profunda y también los marcadores de la función vascular (velocidad de la onda del pulso, índice de aumento y presión arterial sistólica central). Las valoraciones basales se realizaron a primera hora de la mañana, después de dormir sin mascarilla, para así poder obtener valores tras un largo periodo sin fumar. Los participantes fueron asignados al azar a una segunda evaluación después de un turno de ocho horas con mascarilla u ocho horas libres sin mascarilla. Luego pasaron a una tercera evaluación después de ocho horas de descanso sin mascarilla u ocho horas de trabajo con mascarilla. (Se fumó una cantidad similar de cigarrillos combustibles o no combustibles durante los periodos de mascarilla y sin mascarilla).

Para obtener los resultados, el estudio ha medido «el monóxido de carbono exhalado con un dispositivo que registra la velocidad de la onda del pulso, el índice de aumento ajustado a la frecuencia cardiaca y la presión arterial sistólica central«, explica Ignatios Ikonomidis como investigador principal.

Tras el análisis, los investigadores comprobaron como en los fumadores de cigarrillos convencionales el monóxido de carbono exhalado aumentó de 8,00 partes por millón (ppm) al inicio a 12,15 ppm sin mascarilla y 17,45 ppm con mascarilla. Por su lado, en los fumadores de cigarrillos no combustibles el monóxido de carbono exhalado aumentó de 1,15 ppm al inicio del estudio a 1,43 ppm sin mascarilla y 2,20 ppm con mascarilla. Y por último, entre el grupo de  los no fumadores el monóxido de carbono exhalado no difirió sin mascarilla y con mascarilla.

Así, estos hallazgos muestran que tanto en los fumadores de cigarrillos combustibles como en los no combustibles, todos los marcadores vasculares fueron más altos mientras usaban una mascarilla en comparación con los que no usaban mascarilla. En los no fumadores no hubo diferencias en los marcadores vasculares entre los tres periodos. Por lo tanto, fumar mientras se usa mascarilla puede dañar aún más la salud vascular que cuando se fuma sin mascarilla.

Los investigadores señalan que esto puede deberse a la reinhalación del monóxido de carbono exhalado o del vapor rico en nicotina. El monóxido de carbono disminuye el aporte de oxígeno al miocardio, aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos), mientras que la nicotina desencadena la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que ocasionan daño a la pared interna de las arterias (endotelio), sube el tono coronario con espasmo, produce alteración de la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno).

Este estudio demuestra que fumar cualquier producto de tabaco durante un uso prolongado de una mascarilla quirúrgica puede comprometer aún más la función vascular. Por lo tanto, “los fumadores deben abstenerse definitivamente de fumar mientras llevan la mascarilla, y dejar de fumar tanto los cigarrillos convencionales como los electrónicos es imprescindible para mejorar la salud«, subraya Ikonomidis como mensaje principal de esta investigación.

Desde Cardioalianza queremos recordar que el tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un nivel seguro de exposición al tabaco. Cada año, más de 69.000 personas mueren prematuramente en España debido al consumo del tabaco. Se conoce que el tabaco aumenta el riesgo de sufrir cáncer de pulmón y problemas respiratorios, pero queremos recordar que este también es el responsable del 30 % de todas las cardiopatías coronarias y que es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, solo por detrás de la hipertensión arterial.

Fuentes:

  • Ikonomidis I, Katogiannis K, Kourea K, et al. El efecto de fumar sobre el monóxido de carbono exhalado y la elasticidad arterial durante el uso prolongado de mascarillas quirúrgicas en la era COVID-19. Eur J Prev Cardiol. 2022.  https://doi.org/10.1093/eurjpc/zwac101  

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