Existen cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C y D., pero solo los virus gripales de tipo A y B son las que causan las pandemias estacionales. La gripe puede cursar de forma leve, grave o incluso puede ser mortal, ya que es uno de los factores que puede empeorar las comorbilidades que sufren especialmente las personas mayores de 65 años, requiriendo de hospitalización o llegando incluso a provocar la muerte.
Se trata de una enfermedad que afecta cada año a más de mil millones de personas en todo el mundo, entre 3 y 5 millones son casos graves, y que causa la muerte de entre 290.000 y 650.000 personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Son muchos los estudios que han evidenciado la asociación clínicamente significativa entre gripe y enfermedades cardiovasculares. Así, estudios recientes han demostrado que la infección por el virus de la gripe aumenta entre seis y diez veces el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, y entre tres y ocho veces el riesgo de accidentes cerebrovasculares, tal y como se recoge en la reciente revisión clínico-epidemiológica multidisciplinar de la a Asociación Española de Vacunología (AEV) y en la que también han colaborado otras siete sociedades científicas.
De igual forma, un estudio realizado en Escocia mostró un aumento del riesgo de infarto de miocardio (IM) de nueve veces a los 1-3 días después de la infección por gripe, y de ocho veces el riesgo de accidente cerebrovascular tras el mismo tiempo post infección. En la misma línea, otro trabajo realizado en Canadá, en el que se evaluaba la asociación entre la infección por gripe confirmada en laboratorio y la hospitalización por IM en adultos mayores de 35 años, demostró que el riesgo de ingreso por IM agudo era de entre cinco veces mayor para la gripe A y diez veces mayor para la gripe B durante los siete días siguientes a la infección por gripe. Además, en 2018, un estudio estadounidense confirmó también que la gripe aumentaba el riesgo de ictus isquémico unas tres veces en los primeros quince días después de la infección.
La infección por gripe también se ha asociado a un aumento de la morbilidad y mortalidad hospitalaria en los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC), según un estudio estadounidense. En concreto, los investigadores encontraron que, de media, un aumento del 5% en la actividad mensual de gripe se asociaba a un incremento del 24% en las tasas de hospitalización por IC en el mismo mes.
La evidente relación clínica entre la gripe y las enfermedades cardiovasculares refuerzan la necesidad de desarrollar medidas que reduzcan la infección por gripe, especialmente entre aquellos pacientes con elevado riesgo cardiovascular o con enfermedades cardiovasculares ya presentes.
En este sentido, la vacunación anual es la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones. Los expertos señalan que su efectividad es del 65% y en la temporada 2019-2020 la vacunación evitó el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en las personas de 65 años y mayores, según indica el Ministerio de Sanidad.
A pesar de ello y que actualmente los 28 países de la Unión Europea la recomiendan en personas con enfermedades crónicas, las tasas de vacunación en los grupos de riesgo son muy variables, oscilando entre el 15,7 y el 57,1% en la temporada 2016-17, con una mediana del 44,9%. En España, los datos del Ministerio de Sanidad recogen que, en la campaña de 2018-19, la cobertura en mayores de 65 años varió entre el 49 y el 65% según las comunidades autónomas.
Además, este 2020 debido a la pandemia de Covid-19 la vacunación antigripal es más importante que nunca, pues la coincidencia de ambos virus puede aumentar las complicaciones en los grupos de riesgo para los que ambas enfermedades pueden ser especialmente dañinas (el riesgo de muerte es más del doble si una persona enferma por gripe y COVID) y conllevar una importante sobrecarga asistencial: mayor número de consultas en los centros de salud y en hospitales, así como aumento de los ingresos hospitalarios.
El lado bueno es que se ha visto que una mayor tasa de vacunación y las medidas preventivas de higiene y distancia que hemos adoptado frente a la Covid-19 han reducido el impacto de la gripe en varios países este último año. Así, en Australia en 2020 se han diagnosticado 21.000 casos y contabilizado 36 muertes, frente a los 132.000 y 430 del año anterior. En otros países, como Argentina, Chile y Sudáfrica, se ha observado, igualmente, que la morbimortalidad de la gripe en 2020 ha sido inferior a la de 2019; por lo que hace pensar que en los países del hemisferio norte la tendencia será también similar.
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Fuentes:
- Redacción Médica. Diciembre 2020. La gripe aumenta entre 6 y 10 veces el riesgo de un infarto de miocardio. Disponible aquí.
- Álvarez Aldeán, Javier; Carro Hevia, Amelia; García Cenoz, Manuel; Jimeno Sanz, Isabel; Redondo Margüello, Esther; Sanz Herrero, Francisco; Vidán Astiz, Mª Teresa; García Rojas, Amós. Gripe y eventos cardiorrespiratorios: una revisión clínico-epidemiológica multidisciplinar. 2020. Disponible aquí.
- Ministerio de Sanidad. Preguntas y respuestas sobre la vacunación frente a la gripe. Octubre 2020. Disponible aquí.