El colesterol es uno de los principales factores de riesgo relacionados con la enfermedad cardiovascular. Cuando la sangre contiene demasiadas lipoproteínas de baja densidad (c-LDL o «colesterol malo»), éstas comienzan a acumularse sobre las paredes de las arterias formando una placa e iniciando así el proceso de la enfermedad denominada «aterosclerosis». Así, cuando se acumula placa en las arterias coronarias que riegan el corazón, existe un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón, por ello su control y en concreto la reducción de las cifras de las lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) es tan importante.
Las guías sobre el tratamiento de las dislipemias de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC en sus siglas en inglés) junto con la European Atherosclerosis Society (EAS) indican los valores objetivo de c-LDL que se deberían alcanzar según el nivel de riesgo vascular de cada paciente.
En concreto, las guías de 2016 recomendaban para pacientes de riesgo muy elevado (prevención secundaria) alcanzar cifras objetivo de <70mg/dl o una reducción igual o superior al 50% cuando el c-LDL basal fuese entre 70 y 135mg/dl, mientras que las nuevas guías de 2019 indican que para estas personas de muy alto riesgo que ya han sufrido un evento cardiovascular previo los niveles de c-LDL deben ser inferiores a 55 mg/dl y reducirse al menos un 50%, incluso por debajo de 40 mg/dl en aquellos casos que han presentado un segundo evento en dos años.
El problema recae en que existe una brecha entre las indicaciones de las guías y la práctica clínica en cuanto al manejo de los pacientes con dislipemias. Así lo constata, por ejemplo, el estudio DA-VINCI: un trabajo observacional transversal publicado en European Journal of Preventive Cardiology, cuyos resultados se dieron a conocer en la pasada edición del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología.
El estudio DA-VINCI recogió datos de vida real de 5.888 pacientes (3.000 en prevención primaria y 2.888 en prevención secundaria) de 18 países europeos, entre junio de 2017 y noviembre de 2018, que estaban recibiendo una terapia para la reducción de lípidos.
De los pacientes tratados con terapia hipolipemiante, el 94% de los pacientes en prevención primaria y el 94% de los pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica establecida estaban tomando una estatina.
Asimismo, del análisis se desprende que los tratamientos hipolipemiantes utilizados con mayor frecuencia en Europa son: la monoterapia con estatinas de intensidad moderada (52 %) y de alta intensidad (28 %), seguidas del tratamiento combinado con ezetimiba (9 %), mientras que los iPCSK9 se utilizaban en solo el 1 % de los pacientes.
Entre los resultados más relevantes destaca que, en general, se lograron cifras objetivo de c-LDL según las guías de 2016 en el 54% (IC del 95%: 52-56) de los pacientes. Entre aquellos con riesgo CV bajo, moderado, alto y muy alto, este fue del 63% (IC del 95%: 56-70), 75% (IC del 95%: 73-78), 63% (IC del 95%: 59-67) y 39% (IC del 95%: 37-41), respectivamente.
En lo referente a los pacientes con enfermedad cardiovascular establecida, el uso de tratamientos hipolipemiantes (entre paréntesis abajo) y el porcentaje de pacientes que consiguieron los objetivos según las guías de 2019, fue la siguiente:
- Monoterapia con estatina de baja intensidad (2 %): 13 %.
- Monoterapia con estatina de intensidad moderada (44 %): 16 %.
- Monoterapia con estatina de alta intensidad (38 %): 22 %.
- Combinación con ezetimiba (9 %): 21 %.
- Combinación con iPCSK9 (1 %): 58 %.
- Otros tratamientos hipolipemiantes (6 %): 8 %.
Los datos de este estudio muestran que solo un 33% de los pacientes tratados con hipolipemiantes alcanza las cifras objetivo de c-LDL indicadas en las guías más recientes del 2019. Los resultados de cumplimiento aún son peores si nos fijamos específicamente en el grupo de pacientes con enfermedad cardiovascular establecida (prevención secundaria), ya que de éstos solo el 18% logra alcanzar las cifras objetivo de 2019 (c-LDL < 55 mg/dl).
Estos resultados evidencian que más del 80% de los pacientes europeos con enfermedad cardiovascular establecida no cumple con los objetivos de colesterol recomendados en las guías actualizadas, pues tan solo un porcentaje muy reducido de pacientes en tratamiento óptimo con estatinas alcanzan las cifras objetivo de colesterol LDL. Ello constata que hace falta diseñar nuevas estrategias que permitan cumplir con las recomendaciones que señalan los expertos en las guías de práctica clínica, y ello pasa por optimizar el manejo de las dislipemias y su tratamiento en la práctica clínica.
Fuentes:
- K. Ray, Kausik; Molemans, Bart; Schoonen, W. Marieke; Giovas, Periklis; et al. EU-Wide Cross-Sectional Observational Study of Lipid-Modifying Therapy Use in Secondary and Primary Care: the DAVINCI study. European Journal of Preventive Cardiology. August 2020. Disponible en: https://academic.oup.com/eurjpc/advance-article/doi/10.1093/eurjpc/zwaa047/5898664
- Academia.es . Análisis del tratamiento hipolipemiante para cumplir los objetivos de c-LDL recomendados. Disponible aquí.