El colesterol es una sustancia grasa que transporta la sangre y que es necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya que interviene en la formación de ácidos biliares vitales para la digestión de las grasas, en el proceso de formación de vitamina D y de ciertas hormonas sexuales y tiroideas.

El colesterol es transportado por unas lipoproteínas -combinación de grasas y proteínas- desde el intestino o el hígado hasta los órganos que lo necesitan y según el tipo de lipoproteínas a las que se una el colesterol lo denominamos comúnmente “colesterol bueno” o “colesterol malo”. Las lipoproteínas de baja densidad (Low density lipoproteins o LDL) son las encargadas de transportar el colesterol desde el hígado a todas las células del organismo y recibe el nombre de “colesterol malo” porque cuando las hay en demasiada cantidad se deposita en la pared de las arterias y produce una placa de ateroma, lo que conocemos como aterosclerosis, que puede llegar a bloquear las arterias. Por su lado, las lipoproteínas de alta densidad (High density lipoproteins o HDL) son las encargadas de recoger el colesterol no utilizado y devolverlo al hígado para su almacenamiento o excreción a través de la bilis, por ello se la denomina “colesterol bueno”.

Estudios epidemiológicos y clínicos han confirmado que niveles más bajos de cHDL están asociados a la enfermedad coronaria; por ello, en la última década, se ha puesto el foco de la investigación en las funciones cardioprotectores de las HDL. Y es que recientemente se ha visto que el conjunto de HDL circulante está compuesto por una mezcla heterogénea de partículas de estas lipoproteínas, y que las HDL más pequeñas, densas y ricas en proteínas, son las que parecen mostrar potentes propiedades para la protección vascular.

En esta línea, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Scientific Reports (Nature), liderado por investigadores del CIBERCV y del CIBERDEM del Hospital Germans Trias i Pujol y la Universidad Autónoma de Barcelona, demuestra que las alteraciones en el tamaño medio de las lipoproteínas de baja densidad (HDL) que transportan el colesterol, en concreto aquellas con una proporción más elevada de las partículas más grandes y con mayor sobrecarga de colesterol, podrían incrementar el riesgo de muerte por un evento cardiovascular en pacientes con insuficiencia cardiaca.

Los investigadores se centraron en analizar el valor pronóstico que pueden tener la relación de partículas HDL (HDL-P) y su tamaño medio (HDL-Sz), así como el contenido de colesterol por partícula (HDL-C/P), en el riesgo de muerte cardiovascular en personas con insuficiencia cardiaca. Para ello, se estudiaron los casos de 422 pacientes, a los que se realizó un seguimiento durante una media de 4 años, y de los cuales 120 (30,5%) fallecieron por un evento cardiovascular.

Los resultados de esta investigación confirmaron que tanto el tamaño de las HDL (HDL-Sz) como el contenido de colesterol por partícula fueron predictores de la aparición de muerte por patología cardiovascular en pacientes con insuficiencia cardiaca. Los casos con HDL-Sz más alto, es decir, con predominancia de partículas HDL de mayor tamaño y con mayor grado de carga de colesterol tenían un riesgo más alto de fallecer por esta causa.

El análisis permitió observar que los cambios en el tamaño medio de las HDL se debieron principalmente a una disminución en la proporción de HDL pequeñas, más que a un aumento de las partículas grandes. En este sentido, “la reducción de las partículas de HDL pequeñas podría sugerir una disminución de la actividad cardioprotectora de HDL, que está mediada principalmente por HDL de pequeño tamaño”, plantea el cardiólogo Antoni Bayés-Genís, director del Institut del Cor del Germans Trias i Pujol y quien ha coliderado este trabajo

“El tamaño de las HDL y el porcentaje menor de partículas de HDL pequeñas demostraron ser un marcador asociado a eventos adversos en población con insuficiencia cardiaca”, señala el experto, a lo que prosigue que, además, “no se mostraron diferencias en el colesterol total entre los pacientes que fallecieron y aquéllos con mejor evolución, por lo que se evidencia la importancia de analizar específicamente estas características de tamaño de las HDL en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica”.

Además, los resultados también evidenciaron que la relación de colesterol por partícula es un predictor independiente de muerte cardiovascular: “Esto podría sugerir que las alteraciones en el transporte de colesterol de las HDL también son críticas en el pronóstico de pacientes con insuficiencia cardiaca crónica y que este parámetro podría utilizarse como un biomarcador para estratificar el riesgo de muerte”, destaca el Dr. Bayés-Genís.

Así, estos resultados demuestran que estos dos parámetros basados en la dimensión de las HDL (HDL-sz) y el contenido de colesterol por partícula (HDL-C/P) pueden ser marcadores más útiles en el pronóstico de la insuficiencia cardiaca que los marcadores del perfil lipídico que utilizamos habitualmente en la clínica, según señalan los mismos investigadores.


Fuentes:

  • Albert Teis, G. Cediel, N. Amigó, J. Julve, J. Aranyó, J. Andrés-Cordón, C. Puig-Jové, E. Castelblanco, F. Gual-Capllonch, E. Ferrer-Sistach, N. Vallejo, G. Juncà, J. López-Ayerbe, M. De Antonio, M. Domingo, E. Santiago-Vacas, P. Codina, D. Mauricio, J. Lupón, Nuria Alonso & A. Bayes-Genis. Particle size and cholesterol content of circulating HDL correlate with cardiovascular death in chronic heart failure. Scientific Reports. 11, 3141 (2021). Disponible aquí.
  • CIVERCV Noticias. El mayor tamaño de las partículas de HDL y su sobrecarga de colesterol aumentan el riesgo de muerte en pacientes con insuficiencia cardiaca. Julio 2021. Disponible aquí.

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