Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad femenina (261,9 muertes por cada 100.000) y la segunda entre los varones (242,1 muertes por cada 100.000)[1]. Aunque tanto en hombres como en mujeres su causa más frecuente es la aterosclerosis, hay un tipo de isquemia miocárdica que se presenta hasta cinco veces más en mujeres: la cardiopatía isquémica no obstructiva, en la que las arterias no están obstruidas por aterosclerosis, pero se pueden ocluir por un espasmo de la arteria o por la disección espontánea de la arteria coronaria, una obstrucción del flujo sanguíneo debido a un desgarro en las capas de la pared de una de las arterias coronarias que puede causar síntomas similares a los de un infarto de miocardio y que ocurre en un 90% de los casos en mujeres.

¿Más riesgo y peor pronóstico para las mujeres?

En cuanto a la cardiopatía isquémica, que es sobre la enfermedad cardiovascular sobre la que más se ha estudiado las diferencias de sexo, sabemos que se presenta, de media, 10 años más tarde en las mujeres que en los hombres debido a la deficiencia de estrógenos, que tienen un efecto protector durante la vida fértil de las mujeres y que desaparece tras la menopausia.

Estas alteraciones hormonales propician también un incremento de la grasa abdominal que causan cambios en el perfil lipídico y que se asocian a un incremento de factores de riesgo como la diabetes y la obesidad.  Además, estos factores de riesgo repercuten más negativamente sobre la salud cardiovascular de las mujeres, pues “el tabaquismo y diabetes confieren a la mujer un 45% y un 25% más de riesgo cardiovascular,  respectivamente, que al hombre”, según señala la doctora Antonia Sambola, cardióloga en el Hospital Universitari Vall’d Hebron y coordinadora del Grupo de Trabajo Enfermedad cardiovascular en la Mujer de la Sociedad Española de Cardiología, que ha liderado un estudio que muestra que ser mujer es un factor de riesgo en el infarto agudo de miocardio.

“Hay factores como el sexo que no podemos modificar, pero si se puede seguir unos hábitos saludables que ayuden a disminuir el perfil de riesgo como comer de forma cardiosaludable, hacer actividad física de forma regular y no fumar ni beber alcohol”, destaca Tomás Fajardo, presidente de Cardioalianza.

Otro aspecto fundamental para reducir el número de muertes cardiovasculares en la población femenina es mejorar la atención temprana y la sospecha diagnóstica por parte de los profesionales sanitarios. “En atención primaria, en urgencias o donde quiera que se presente una mujer con dolor torácico, se la debe atender exactamente igual que se haría si fuera un hombre. Hay que hacer las mismas exploraciones, hay que hacer un electrocardiograma y no presuponer que ese dolor o esa sensación de ahogo es por ansiedad. Hay que eliminar la cultura, presente en los profesionales y en las propias mujeres, de que el infarto o la angina son enfermedades de hombres. Es una cultura de prejuicios”, señala la doctora Sambola.

Por tanto, es verdad que, en parte, el perfil de las mujeres con ECV es un perfil de más edad y con mayor patología asociada que hace que tengan un peor pronóstico, pero también se debe al retraso en el diagnóstico y a la menor utilización de algunos tratamientos. Además, la mayor parte de la información que manejamos sobre la ECV en la mujer proviene de registros donde las mujeres suponen menos del 30% de la población analizada. Resulta, pues, imprescindible la investigación dirigida de forma específica a las mujeres, ya sea con una amplia inclusión en los estudios o con la elaboración de algunos realizados de forma exclusiva en la población femenina[2].

Afortunadamente, parece que en los últimos años hay una mayor sensibilidad generalizada frente a este problema, tanto por parte de los diferentes profesionales sanitarios, instituciones científicas y de la Administración, pero aun nos queda mucho camino por recorrer, sobre toto, para concienciar a la población general y a todas las mujeres de que la amenaza de las enfermedades cardiovasculares en las mujeres es real y que, ante cualquier señal de alarma, es vital acudir lo más pronto posible a urgencias.

FUENTES:

  • Sambola A, Elola FJ, Ferreiro JL, Murga N, Rodríguez-Padial L, Fernández C, Bueno H, Bernal JL, Cequier Á, Marín F, Anguita M. Impact of sex differences and network systems on the in-hospital mortality of patients with ST-segment elevation acute myocardial infarction. Rev Esp Cardiol (Engl Ed). 2021 Nov;74(11):927-934. English, Spanish. DOI: https://doi.org/10.1016/j.recesp.2020.07.031

[1] Defunciones según la Causa de Muerte Año 2022. Instituto Nacional de Estadística. Disponible en: https://www.ine.es/prensa/edcm_2022.pdf

[2] Enfermedad cardiovascular en la mujer. estudio de la situación en España. Sociedad Española de Cardiología. Informe realizado para el Observatorio de la Salud de la Mujer. Ministerio de

Sanidad y Consumo. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/enfCardiovascMujerEspana.pdf

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