La depresión podría ser un factor de riesgo causal de enfermedades cardiometabólicas, tales como la diabetes tipo 2. Esta es la conclusión a la que ha llegado un reciente estudio estadounidense, publicado recientemente en la revista Nature Cardiovascular Research, después de analizar el genoma de una cohorte prospectiva de más de 325.000 personas.

Los trastornos depresivos son una de las principales y crecientes causas de discapacidad, con más de 280 millones de personas afectadas en todo el mundo[i] y más de 2,1 millones en España[ii]. Son varios los estudios que han informado sobre los posibles vínculos de trastornos como la depresión y la ira con las enfermedades cardiovasculares (ECV). En este sentido, tanto la American Heart Association (AHA) como la European Society of Cardiology (ESC) han reconocido que la depresión puede ser un factor pronóstico de riesgo modificable para la enfermedad cardiovascular, que hay que reconocer y saber tratar cuanto antes. Pero, ¿cómo sabemos si la depresión es un factor causante de la ECV o si, por el contrario, es un trastorno consecuencia de ésta?

Para averiguarlo, los investigadores de la División de Cardiología del Hospital General de Massachusetts (Boston) analizaron la prevalencia del trastorno depresivo y su vinculación con la ECV en los genomas de más de 328.152 personas de ascendencia europea y con edades comprendidas entre los 40 y 69 años, cuyos datos provenían del registro del Biobanco del Reino Unido.

La edad media de la muestra del estudio fue de 56,8 años, y el 52,8% eran mujeres. En general, 255.078 personas (77,7 %) no informaron episodios de estado de ánimo deprimido en las últimas 2 semanas (baja frecuencia de estado de ánimo deprimido), 59.950 (18,3 %) informaron de episodios depresivos varios días en las últimas 2 semanas (frecuencia moderada) y 13.124 (4,0 %) informó depresión más de la mitad de los días o casi todos los días (frecuencia alta).

Se realizó un seguimiento de los resultados de los participantes durante una mediana de 11,1 años. Entre los individuos sin patología previa al inicio del estudio, 17.880 (de 314.892; 5,7 %) desarrollaron enfermedad arterial coronaria, 14.345 (de 321.248; 4,5 %) desarrollaron diabetes tipo 2 y 15.397 (de 322.480; 4,8 %) desarrollaron fibrilación auricular.

Los individuos con mayor frecuencia de estado de ánimo depresivo eran más jóvenes al inicio del estudio, más mujeres y fumadores actuales; informaron menor consumo de vegetales y frutas frescas, ejercicio y sueño; y tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto, una proteína C reactiva más alta y una prevalencia inicial más alta de enfermedad coronaria, hipertensión, hipercolesterolemia y diabetes tipo 2.

Con estos datos, los investigadores pudieron generar una puntuación de riesgo poligénico – una herramienta especializada que se puede utilizar para refinar la predicción del riesgo de enfermedad cardiometabólica- y los resultados de la investigación mostraron que los individuos que tuvieron menor frecuencia de eventos depresivos -en comparación con los de mayor frecuencia- registraron 34% menos riesgo de enfermedad arterial coronaria, un 33% menos riesgo de diabetes tipo 2 y un 20% menos riesgo de fibrilación auricular. Además, vieron que esta asociación era independiente del riesgo aportado por el estilo de vida (tabaquismo, dieta, ejercicio, etc.) y la susceptibilidad genética.

Por el contrario, el estado de ánimo deprimido se asoció con un aumento de la incidencia de futuras coronopatías y de diabetes tipo 2. Así, las personas con un riesgo poligénico medio y con frecuentes episodios depresivos tenían un riesgo de enfermedad cardiovascular similar al de aquellas personas con riesgo poligénico alto, es decir que las personas tienen un riesgo absoluto más alto de desarrollar la enfermedad.

Cabe destacar que se observó que esta relación de asociación entre trastorno depresivo y riesgo cardiovascular era más marcada entre las mujeres que en los hombres.

Los autores concluyen que se necesitarán más investigaciones futuras para determinar los mecanismos que están detrás de esta asociación observada e identificar posibles implicaciones para las terapias preventivas. Estos hallazgos podrían servir para mejorar la predicción del riesgo cardiovascular entre el segmento de población con depresión o trastorno depresivo, así como reconocer la importancia que merece un diagnóstico precoz de enfermedades mentales como la depresión, que hemos visto que tienen nefastas consecuencias no solo en nuestra salud mental sino también en la de nuestro corazón.


Fuentes:

  • La depresión cuenta como un factor de riesgo de enfermedad coronaria. Diario Médico.14 de febrero de 2022. Disponible aquí.
  • Honigberg, M.C., Ye, Y., Dattilo, L. et al. Low depression frequency is associated with decreased risk of cardiometabolic disease. Nature Cardiovascular Research (2022). Disponible aquí.

[i] Depresión. Organización Mundial de la Salud (OMS). Fact Sheet 13 de septiembre de 2021. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression#:~:text=La%20depresi%C3%B3n%20es%20una%20enfermedad,personas%20tienen%20depresi%C3%B3n%20(1).

[ii] Encuesta Europea de Salud en España (EESE). Año 202. Notas de prensa Instituto Nacional de Estadística (INE). Disponible en: https://www.ine.es/prensa/eese_2020.pdf

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