La prueba de la hemoglobina glucosilada (también llamada glicada o HbA1c) es un examen que mide los niveles de azúcar en sangre de los últimos tres meses. Normalmente es utilizado para el diagnóstico y el seguimiento de pacientes diabéticos, pero, un estudio llevado a cabo por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y publicado este mes de junio en el Journal of the American College of Cardiology, indica que además puede ser también de gran utilidad para estimar la enfermedad aterosclerótica y, por tanto, el riesgo cardiovascular, en pacientes con o sin prediabetes.

La aterosclerosis es la primera causa de muerte, incapacidad y pérdida de la calidad de vida, además de ser la responsable del 85% de las enfermedades cardiovasculares (ECV). Se trata de una enfermedad que va estrechando las arterias (estenosis) debido a la obstrucción por placas de ateroma (depósitos de grasa). La aterosclerosis es un proceso lento, que empieza en las primeras etapas de la vida, pero que no presenta ninguna manifestación clínica hasta que provoca un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular u otros eventos cardiovasculares. Como el pronóstico de las personas cambia radicalmente si han presentado alguno de estos eventos clínicos, la detección precoz de la aterosclerosis es vital para mejorar la cantidad y calidad de años de vida de la población.

Así, con este propósito, los investigadores del CNIC evaluaron la asociación existente entre la hemoglobina glucosilada (HbA1c) y la extensión de la aterosclerosis subclínica (AS) para poder identificar mejor a las personas que presentan mayor riesgo de aterosclerosis y, por tanto, mayor riesgo cardiovascular.

El estudio analizó a una cohorte de 3.973 individuos de mediana edad del estudio PESA (Progresión de la Aterosclerosis Subclínica Temprana), sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y con una hemoglobina glucosilada en el rango de no diabéticos, a los que se les evaluó la presencia y extensión de aterosclerosis subclínica mediante ecocardiografía bidimensional y tomografía computarizada cardíaca sin contraste.

Los resultados indicaron que la asociación fue significativa en todos los grupos de prediabetes e incluso por debajo del punto de corte de prediabetes y que altos niveles de hemoglobina glucosilada se asociaron con un mayor riesgo de aterosclerosis subclínica en las personas de bajo riesgo, pero no en los de riesgo moderado. En este sentido, el Dr. Xavier Rosselló, investigador del CNIC y cardiólogo del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, apunta que, “hemos visto como el uso de la hemoglobina glucosilada resultó particularmente relevante en aquellos participantes con bajo riesgo, mientras que su asociación con la enfermedad aterosclerótica en los individuos que ya tenían un riesgo moderado, por la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular, fue menos evidente”.

Los autores concluyen que este trabajo convierte a la hemoglobina glicosilada en un biomarcador de masas, ya que se ha visto que su principal asociación con la presencia de aterosclerosis está en los sujetos de menor riesgo, donde se concentra la inmensa mayoría de la población general y, donde en términos absolutos, se producen el mayor número de muertes cardiovasculares.

El uso rutinario de esta prueba puede identificar a los individuos asintomáticos con mayor riesgo de aterosclerosis subclínica, además de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como son la hipertensión, el colesterol, la obesidad u el tabaquismo, y su aplicación podría ver pronto la luz. “La hemoglobina glicosilada es un test diagnóstico económico, disponible y utilizado ampliamente en la práctica clínica habitual; por tanto, su uso para ayudar a calcular el grado de aterosclerosis subclínica podría tener una implantación inmediata”, explica en Diario Médico el Dr. Rosselló.

Por su lado, el Dr. Valentín Fuster, director general del CNIC, destaca que “esta nueva investigación contribuirá a personalizar más el riesgo cardiovascular sin prácticamente ningún coste adicional, lo que se podría traducir en planes de seguimiento más personalizados, enfocados primariamente en cambios en el estilo de vida, y eventualmente quizás en el uso de fármacos antidiabéticos”.


Fuentes:

  • Xavier Rossello, Sergio Raposeiras-Roubín, Belen Oliva, Fatima sanchez-cabo, José Manuel García-Ruiz, Francisca Caimari, Jose M Mendiguren, Enrique Lara Pezzi, Hector Bueno, Leticia Fernandez-Friera, Antonio Fernández-Ortiz, Javier Sanz, Borja Ibañez, and Valentin Fuster. Glycated hemoglobin and subclinical atherosclerosis in people without diabetes.  Journal of the American College of Cardiology. 10.1016/j.jacc.2021.03.335. 2021. Disponible aquí.
  • Diario Médico. La hemoglobina glucosilada identifica a pacientes con aterosclerosis y riesgo cardiovascular. Junio 2021. Disponible aquí.

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