Hace 40 años, solo el 20 % de los niños con cardiopatías congénitas (CC) moderadas o graves sobrevivían más allá de la infancia. Ahora, los avances médicos en el tratamiento de los pacientes jóvenes con cardiopatías congénitas han permitido que actualmente el 90 % lleguen hasta la edad adulta, por lo tanto, ya hay más adultos con cardiopatías congénitas que población infantil, la mayoría con una excelente calidad de vida. En concreto, se estima que hay más de 1.200.000 adultos con CC en Europa y más de 110.000 en España, una cifra que supera a la población con CC en edad pediátrica.

La baja natalidad acentuada durante la pandemia y la elevada tasa de interrupción voluntaria del embarazo tras el diagnóstico prenatal de una cardiopatía congénita han contribuido a cambiar el perfil demográfico de los cardiópatas congénitos; de forma que, en el mundo occidental, ya son mayoría los adultos con cardiopatía congénita respecto a la población infantil«, señala en Diario Médico el Dr. Ángel Aroca, jefe de servicio de Cirugía Cardiaca Infantil y Cardiopatías Congénitas del Hospital La Paz de Madrid.

Esto significa que, “a lo largo de la última década, ya son más los mayores de 18 años con cardiopatías congénitas que se operan cada año que los neonatos, agrupándose la mayoría de la actividad quirúrgica antes del primer año de vida o pasados los 18 años”, explica el Dr. Aroca.

¿Cómo ha repercutido este cambio de perfil del paciente en el tipo de cirugías cardiacas?

Hace dos o tres décadas, solo los niños con cardiopatías simples (comunicación interauricular, comunicación interventricular, ductus arteriosus, valvulopatía aórtica bicúspide o coartación aórtica) llegaban a la edad adulta sin ningún tipo de intervención médica. Hoy en día, y gracias a los avances en la cirugía, la mayoría de los niños con CC complejas (Tetralogía de Fallot, canal av. común, transposición de grandes vasos o ventrículo único), llegan a la edad adulta.

El tratamiento de las enfermedades cardiacas congénitas en los adultos depende de la gravedad de la afección cardíaca. Es posible que las anomalías cardiacas congénitas relativamente menores requieran solamente exámenes médicos ocasionales para asegurar que la afección no empeore, pero los casos de complejidad moderada o realmente complejos requerirán mantener revisiones regulares y estrechas con las unidades especialistas en cardiopatías congénitas del adulto y pueden requerir también de cirugías recurrentes.

En esta línea, el Dr. Aroca destaca en Diario Médico la explosión que está viviendo la cirugía cardiaca en el paciente congénito adulto, en relación con ese cambio de perfil notable en los últimos años, dado que hasta hace algo más de una década la cirugía más frecuente era el cierre de una comunicación interauricular con o sin drenaje venoso pulmonar anómalo parcial asociado.

La irrupción de los cierres mediante cateterismos intervencionistas, junto con la traslación del pico demográfico de los pacientes con Fallot operados de pequeños y que llegan a la edad adulta, determinan que actualmente sea el implante de una prótesis pulmonar para recuperar la funcionalidad de la vía de salida derecha la cirugía cardiaca más frecuentemente realizada en la edad adulta, con una supervivencia cercana al 99 %”.

En este sentido, uno de los campos en el que se han registrado más avances recientemente es el segmento de la reparación o sustitución valvular aórtica, a través de las técnicas de bicuspidización y la técnica de Ozaki. La primera opción consiste en convertir la aorta en una válvula bicúspide, cuando una de las tres válvulas no funciona. En cambio, en la técnica de Ozaki lo que se hace es sustituir la válvula que no funciona por una nueva realizada a partir de pericardio del propio paciente.

Los resultados con ambas intervenciones son prometedores, pero dada su novedad aún no existe seguimiento a medio y largo plazo como para determinar que podría ser alternativa a la cirugía de Ross/Ross Konno, consistente en utilizar la propia válvula pulmonar del paciente para sustituir la válvula aórtica enferma y, en el lugar de la pulmonar extraída, colocar un sustituto. Se trata de una técnica mucho más compleja que una sustitución valvular aórtica convencional e implica una posibilidad de reoperación, de ahí las expectativas despertadas por las posibles técnicas alternativas.

La técnica de Ozaki ha demostrado muy buenos resultados en más de 400 casos realizados con esta técnica desde abril de 2007 hasta septiembre de 2011. En la actualidad, el método Ozaki ya es utilizado con éxito en Japón, China, Europa y Estados Unidos.

Respecto a estas nuevas técnicas, a la hora de decidir entre bicuspidización u Ozaki no existen actualmente unos criterios definidos y la elección se basa en las preferencias del cirujano y determinadas limitaciones anatómicas del paciente. “En La Paz, por ejemplo, estamos realizando ya Ozaki más ampliación de anillo aórtico”, indica Aroca en Diario Médico.

Fuentes:

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies