Según un estudio publicado en la revista Nature Medicine, el eritritol, un edulcorante artificial, se asocia a un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, concretamente a infarto de miocardio e ictus.

El eritritol es un edulcorante artificial que se utiliza como alternativa al azúcar de uso común o la sacarina, dado que se metaboliza de forma irregular en el organismo. A veces, este edulcorante se recomienda como sustituto del azúcar en personas con enfermedades metabólicas como enfermedades del corazón y diabetes

El estudio liderado por Stanley Hazen, director del Centro de Diagnóstico y Prevención Cardiovascular de Cleveland Clinic (Estados Unidos), sometió a más de 4.000 personas en Europa y Estados Unidos a evaluaciones de riesgo cardiaco durante tres años. La investigación examinó las sustancias químicas en la sangre y también los efectos que provocaba añadir eritritol a la sangre o a las plaquetas aisladas, las cuales se agrupan para detener hemorragias. Más tarde, se llevó a cabo otro estudio con 8 voluntarios sanos donde se analizó los cambios en su metabolismo después de tomar una bebida con 30 gramos de eritritol.

Los resultados muestran que las personas que tenían mayores niveles de eritritol en sangre presentaban un riesgo más elevado de sufrir un episodio cardiaco adverso grave, como un infarto de miocardio, ictus o muerte. Al estudiar los efectos de añadir eritritol a la sangre o a las plaquetas aisladas, vieron que este edulcorante facilitaba la activación de las plaquetas aumentado la formación de coágulos.

Por otro lado, al analizar los voluntarios sanos, se observó que durante los dos y tres días después de tomarse la bebida, estas personas presentaban niveles notablemente elevados de eritritol en la sangre, por encima de los umbrales que aumentan los riesgos de coagulación.

Oliver Jones, catedrático de Química de la Universidad RMIT (Australia), comenta la importancia de realizar este tipo de investigaciones: “Se trata de un estudio que invita a la reflexión y que se basa en buenos datos científicos. Ha contado con un elevado número de participantes y los datos se han analizado correctamente«. Además, recalca que, «debemos ser conscientes de que correlación no es causalidad. Como señalan los propios autores, encontraron una asociación entre el eritritol y el riesgo de coagulación, no una prueba definitiva de que exista tal relación«.

De esta manera, el catedrático de química insiste en la necesidad de seguir investigando, ya que las personas del estudio tenían muchos factores de riesgo y no se puede comprobar que no fuera uno de estos factores los que causó el aumento de riesgo de coagulación en lugar del eritritol. Jones comenta que, “aunque se observaron algunos efectos en una prueba con voluntarios sanos, este estudio solo contó con 8 personas y únicamente duró unos días. Esto no es suficiente para extraer conclusiones firmes, y los autores no intentan hacerlo«. Por esta razón, los investigadores sugieren un vínculo entre los niveles altos de eritritol y un mayor riesgo de coagulación, pero insisten en la necesidad de ir más allá y seguir investigando en los sujetos sanos durante períodos más largos.

Fuentes:

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